Treinta años de vida tardó en jugársela para intentar conseguir un porvenir mejor. Es nigeriano, aunque eso sea lo último que estaría dispuesto a reconocer, para no poner fácil una posible repatriación. Es uno de los 23 supervivientes de la patera que fue interceptada en la madrugada del lunes en Motril (Granada) por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil. El resto de los inmigrantes que viajaban en esta desgraciada aventura, catorce en total, no pueden contarlo.

De los desaparecidos, nueve son hombres, cuatro mujeres y un niño, que no aparecieron durante la jornada de ayer y que murieron -el Gobierno descarta otra hipótesis- a 11 millas de la Isla de Alborán, a unos 90 kilómetros de Motril.

La preparación del viaje comenzó hace meses. Tras la travesía, por tierra, hasta Marruecos, esperaron al pasado sábado para partir hacia España, con dirección a la Costa Tropical.

Se saben datos de los desaparecidos gracias a la información que dieron los supervivientes a la Guardia Civil, que los llevó a la dársena del Puerto de Motril a las 5.00 horas, y a la Policía Nacional. Ellos son la otra cara de la moneda, y entre ellos hay tres mujeres, una embarazada. Todos son nigerianos y el Gobierno está realizando los trámites para ver si es posible su repatriación en las próximas 62 horas, según fuentes policiales.

El fuerte temporal, con olas de cuatro metros y viento de Poniente de más de 35 nudos, fue determinante para que la embarcación volcara y los inmigrantes cayeran al agua, tras parar estos el motor de la zodiac debido a la presencia de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo, que horas más tarde dieron por muertos a los inmigrantes después de que llevaran en el agua casi 24 horas.

Búsqueda. En las labores de búsqueda intervinieron un remolcador, un avión de Salvamento Marítimo y una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Por la tarde, esta última se retiró por el temporal y se unió otro avión y una embarcación más. El rastreo abarcó unos 837 kilómetros cuadrados. Los aviones, que localizaron restos de la patera, se retiraron antes de las 20.00 horas y los barcos continuaron la búsqueda en alta mar hasta que cayó el sol. El operativo continuará hoy.

A los supervivientes les pudo salvar el no quedarse dormidos. Cuando llegaron a la costa, sólo uno de ellos tuvo que ser atendido con resultados satisfactorios en el Hospital de Santa Ana de Motril. Fue una de las tres mujeres, la que está embarazada.

La tripulación de Salvamento Marítimo ofreció a estas personas, casi congeladas por el agua y el frío, mantas térmicas, alimentos y bebida. Después, efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional, junto a voluntarios de Cruz Roja, les dispensaron una primera asistencia sanitaria.

Atemorizados. Según fuentes de Salvamento Marítimo, los inmigrantes estaban atemorizados por lo que habían visto y cuando llegaron a las costas de Motril pedían que no les dejaran morir, como les sucedió a sus compañeros en alta mar.

Un grupo de psicólogos de la Cruz Roja prestó atención a algunos de los indocumentados. El más afectado, según fuentes de la ONG, es un hombre que viajaba junto a su mujer y a su hijo de tres años, ambos desaparecidos.

Los inmigrantes pasaron la noche en el centro de acogida de la Policía Nacional, donde prestaron declaración. Hoy serán derivados a distintos centros de internamiento hasta que se resuelvan todos los trámites para su repatriación.