El asesino confeso de Marta del Castillo era violento, celoso y mantenía relaciones con varias chicas a la vez, a las que pegaba, pero pese a ello la adolescente sevillana "estaba muy enganchada" con él, según el testimonio de varios amigos de su entorno.

En sus declaraciones a la Policía, a las que ha tenido acceso Efe, los amigos afirman que el asesino confeso de Marta, Miguel Carcaño, de 19 años, "no tenía respeto por las chicas", estaba "hoy con una y mañana con otra, aunque eso hiriera sus sentimientos" y se ponía agresivo si alguna se negaba a mantener relaciones con él.

Una de las jóvenes llegó a relatar que mientras salía con ella, en el año 2008, Miguel "le puso los cuernos" con otras cinco chicas.

Otra amiga de la adolescente asesinada declaró a la Policía que Miguel era "celoso y estaba obsesionado con ella, ya que no le gustaba que Marta saliera con otros chicos" y "le pedía explicaciones" cada vez que la víctima conocía a un amigo nuevo.

Esta misma chica manifestó que en cierta ocasión, estando varios amigos en casa de Marta, Miguel "quiso darle celos" a su entonces novia e introdujo a la testigo en el dormitorio de Marta, la arrojó sobre la cama e intentó besarla, a lo que ella se opuso y regresó con los amigos al salón.

Otra amiga contó a la Policía que Marta perdió la virginidad con Miguel y que éste "fue un poco brusco", por lo que la joven no volvió a mantener relaciones sexuales con él.

Miguel, que permanece encarcelado desde febrero de 2009, se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 52 años de cárcel por un delito de asesinato y dos de violación, la realizada por él mismo y la cometida por el menor de edad que le acompañaba, que será enjuiciado en el juzgado de Menores.

Según una de las amigas de Marta, la joven "estaba muy enganchada con él, aunque Miguel no le prestaba mucha atención" ya que era un chico "muy lanzado, que siempre estaba detrás de las chicas, siempre les metía mano".

Los amigos "en varias ocasiones le dijeron a Marta que Miguel no le convenía", pero ella "no decía nada", según esta joven.

Marta "era muy simpática, cariñosa y amiga de sus amigos, aunque también en ocasiones llega a ser muy confiada", según el testimonio de una de las adolescentes, que también manifestó que Marta "continuamente cortaba con Miguel" pero retomaba la relación porque "muchas veces era ella quien le buscaba".

Otra testigo relató que ella misma mantuvo una relación sentimental con Miguel de unos cinco meses en el año 2008 y en ese tiempo el presunto asesino "le puso los cuernos" con cinco chicas, motivo por el que "siempre estaban discutiendo".

Otra menor dijo que ella entabló una relación sentimental con Miguel en el año 2007 y que, a través de las conversaciones de la pandilla, se enteró de que al menos durante siete u ocho meses salió de manera simultánea con otra chica y con la propia Marta.

Varias muchachas dijeron haber sido agredidas por Miguel, como una chica que le quitó una bandolera para hacer una broma y el acusado "reaccionó de forma sorpresiva, le agarró por el brazo y se lo retorció fuertemente", por lo que luego tuvo dolores al menos durante un día.

Según esta joven, cuando otra amiga de la pandilla estuvo saliendo con Miguel, éste "le dio una bofetada, no recuerda por qué".

En cuanto a ella, manifestó que en una ocasión en que Miguel insistió en mantener relaciones sexuales, ella "le dijo que no, lo que no le sentó muy bien, la puso contra la pared pero ella le dio un empujón y se fue sin más problemas ni violencia".

El sumario, que se encuentra pendiente de juicio ante un jurado popular, incluye además el testimonio de una madre que se lamenta de que su hija gastó 900 euros en llamadas al móvil de Miguel cuando estuvo saliendo con él.

La madre de un ex amigo de Marta, por su parte, aseguró que a partir del verano de 2008 la adolescente asesinada se distanció de su tradicional grupo de amigos porque se unió a un grupo de gente mayor que ella.