Auspiciado por la Unesco, el 9 de junio de 1948 se creó el Consejo Internacional de Archivos, fecha que de tres años a esta parte ha sido declarada Día Internacional de los Archivos. La dedicatoria de una fecha para algo que podría parecer de menor interés busca, al contrario, recordar a la ciudadanía el destacado papel en la historia de las diferentes civilizaciones y le invita a conocerlos a través de sus testimonios; para que vea que los archivos protegen derechos individuales y colectivos, conservan derechos de propiedad, identidad, justicia y memoria; para que interiorice que mantienen viva y al alcance de la mano la información, lo que constituye uno de los puntales de la transparencia democrática.

Desde tiempo inmemorial la literatura o el cine se nutren para sus ficciones de estos recintos, como si fueran las cámaras guardianas de las verdades trascendentales; donde papiros, rollos, tablas de cera o de barro, legajos y papeles se apilan en los anaqueles a la espera de un descubridor; una mera anotación hallada en un archivo, en la mente de un escritor, puede dar lugar a una historia verdadera o a una fabulación fantástica.

«Naturalmente, un manuscrito»; así comienza la magnífica novela del semiólogo italiano Umberto Eco El nombre de la Rosa, donde un relator pone voz a un viejo pergamino que narra los sucesos acaecidos en una abadía franciscana en torno a un libro que ensalza la risa, y de las muertes que provoca; el narrador incuso duda de su autenticidad: «No sé, en realidad, por qué me he decidido a tomar el toro por las astas y presentar el manuscrito de Adso de Melk como si fuera auténtico. Quizás se trate de un gesto de enamoramiento».

Hoy un especialista puede certificar la validez o falsedad de un documento gracias al enorme progreso de la investigación en todos los campos. Por que hoy los archivos, lejos de la imagen confusa de lugares polvorientos y oscuros, son centros innovadores que se dedican a gestión de documentos mientras salvaguardan la memoria cultural; gracias a sus fondos podemos conocer mejor el pasado, entender el presente y avizorar el futuro; son la conciencia de la evolución de las diversas culturas y modos de vida.

Andalucía ha mejorado mucho sus archivos y su uso social en los últimos 25 años; ha sido un camino corto, pero veloz: desde el primer censo de archivos, que mostró que muchos eran meros almacenes de viejos papeles, hasta la creación del Archivo General de Andalucía, pieza singular y destacada del Sistema Andaluz de Archivos y, desde 2007, la implantación de la herramienta @rchivA para la gestión integral de documentos y archivos de titularidad o de gestión autonómica. Una línea de ayudas a las entidades locales por parte de la Junta de Andalucía para equipamiento de archivos, reproducción de documentos, difusión y restauración de fondos ha supuesto una inversión de cinco millones y medio de euros desde 1997, y otra cantidad similar se ha destinado a los Archivos Históricos Provinciales, de lo que ha resultado un muy útil mapa de archivos públicos andaluces, con facilidades para la investigación, con seguridad en la custodia y conservación y abierto a los particulares.

Con este escenario, muy distinto al de hace un cuarto de siglo, la Consejería de Cultura pone hoy el foco en los archivos con el lema Innovamos para la ciudadanía, pues ella es el destinatario último de los esfuerzos que prestan a quienes hacen uso de ellos. Publicaciones, conferencias, visitas guiadas, exposiciones, exhibición de documentos o jornadas específicas conforman un programa de 52 actividades con motivo de este día en los archivos de Andalucía. Como ya se viene haciendo en esta consejería con lo museos, un apartado en el Portal de Archivos de Andalucía estará activado para recoger todas las actividades de la jornada que los participantes o visitantes deseen compartir.

En este día miramos al futuro de estos centros con cierto optimismo, porque en algunos casos ese futuro ya está aquí: en otoño iniciará su tramitación parlamentaria el anteproyecto de Ley de Documentos, Archivos y Patrimonio Documental, que busca afianzar el Sistema Archivístico de Andalucía y mejorar los mecanismos de protección del patrimonio documental, pero sobre todo dar respuesta a las enormes transformaciones que las tecnologías de la información y comunicación y el desarrollo de la e-administración han supuesto en el ámbito de los documentos y de los archivos. Muy pronto, personas de todo el mundo podrán acceder, a través de internet, a cientos de miles de imágenes digitalizadas de documentos de archivos andaluces.

Les invito a visitar los archivos andaluces y a participar de las actividades de este día: verán centros que, aunque siguen siendo fuente de inspiración para la creación literaria, son depositarios de nuestro pasado inmemorial, ahora de una manera moderna y accesible; conservan los originales mejor que antaño y los difunden con tecnología del siglo XXI. Al contrario de lo que le ocurría a El Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, en lugar de agostarse, con el tiempo nuestros archivos rejuvenecen.