El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, se ha mostrado partidario de tomar medidas para evitar duplicidades entre administraciones, pero ha observado más en la del Estado y ha dicho que "en Madrid sobran secretarías y direcciones generales".

Así se ha pronunciado Griñán durante su intervención en una mesa coloquio sobre los ajustes en las autonomías, dentro del curso de verano de la Universidad Complutense "España 2020: un reflexión analítica con horizontes".

Según Griñán, después de haberse llevado a cabo innumerables traspasos a las comunidades autónomas, los ministerios siguen prácticamente teniendo la misma estructura y número de funcionarios. "Se ha retenido un volumen amplio de efectivos en la Villa y Corte", ha rematado.

Partidario de llevar a cabo un análisis de las duplicidades, Griñán se ha mostrado convencido de que el resultado de ese estudio atribuiría más a la administración central.

Durante su intervención, el presidente andaluz ha alertado de que la crisis puede poner en riesgo no sólo la estabilidad de los países, sino los elementos básicos de la convivencia, por lo que ha calificado de "grave" que la controversia se centre en el estado autonómico y en el modelo económico, los dos "formidables" instrumentos de convivencia que España se dio en 1978.

Ha creído necesario fortalecer el estado autonómico porque, según él, es una "historia de éxito", tanto en lo político como en lo autonómico, y ha abogado por pasar a una segunda fase en el modelo iniciando el proceso de asignación de competencias desde las autonomías a los ayuntamientos.

Por todo ello, ha pedido "por favor" dejarse de "aventurismos" y "ocurrencias" sobre el estado autonómico, porque cuando Griñán las oye "se le cae el alma", ya que está convencido de que funciona a pesar de que "siempre habrá tensiones" y "alguien nos querrá hablar de balanzas fiscales".

Entre esas posibles tensiones ha citado las que pueden generar los nacionalismos españolistas y los nacionalismos periféricos, a los que en ocasiones oye el mismo discurso, o los discursos de aquellas autonomías que dicen que aportan mucho y reciben poco.

Tras reiterar que el autonómico es un buen modelo que, además, ha asumido la gestión del bienestar social, ha advertido del riesgo que supondría romperlo porque "sin cohesión, el país no es competitivo".

De todos modos, ha echado en falta un estado más cooperativo debido a la ausencia de un foro de encuentro de las comunidades, ya que el Senado, que debe reformarse, no hace ese papel porque es una "reproducción mimética del Congreso", como puede comprobarse, ha dicho, en las sesiones de control.

Ha abogado también por una unidad de mercado que suprima las barreras territoriales a fin de que los empresarios sepan que los trámites, ahora "engorrosos", y el coste para instalarse es el mismo en todas las comunidades.

También se ha referido al debate sobre la supresión o no de las diputaciones provinciales y ha dejado claro que él no está "en la ola antidiputación", y que estas instituciones prestan servicios a los municipios que no pueden hacerlo por sí mismos.