Salir libre el 21 de marzo. Esta es la petición que ha planteado la defensa del ex director general de Trabajo Javier Guerrero, el principal imputado por las irregularidades en los expedientes de regulación de empleo (ERE), a la jueza Mercedes Alaya.

Con esta estrategia el letrado pretende tumbar el argumento de la magistrada sobre la influencia que Guerrero podría ejercer sobre su exchófer, Juan Francisco Trujillo, quien aseguró a la policía que parte de las ayuda que recibió las destinó a comprar cocaína para él y su jefe. Su defensa niega el riesgo de fuga alegando las fuertes vinculaciones del ex alto cargo en la ciudad y asegura que para evitarlo basta con retirarle el pasaporte o controlarlo con algún dispositivo telemático.

El recurso al auto que la madrugada del pasado sábado mandó a prisión al ex alto cargo fue presentado ayer por su abogado, Fernando de Pablo, justo en el último día de plazo. El letrado explicó a los periodistas que ha reclamado la puesta en libertad de Guerrero a partir del próximo miércoles, al día siguiente de la declaración de Trujillo, lo que «evitaría esa posible presión que teme la jueza». Y es que Alaya pone al exchófer como ejemplo de una de las personas que pueden ser influenciadas por Guerrero para que cambie el sentido de su declaración.

Vinculaciones familiares. La titular del Juzgado de Instrucción número 6 también justifica el ingreso en prisión por la presión que terceras personas puedan ejercer sobre el ex alto cargo para que se fugue.

En el escrito, el letrado niega también este extremo, pues «con Guerrero no habla nadie. Ahora resulta que nadie lo conoce» y negó que haya recibido llamadas amenazantes. De Pablo también hizo hincapié en las vinculaciones que el ex director general de Trabajo tiene en la capital hispalense, pues su mujer «tiene aquí su trabajo, y es el único ingreso que tiene, y tiene una hija de diez años que está escolarizada en Sevilla. ¿Qué va a hacer se las va a llevar también?», afirmó.

Pero la mayor prueba de que no hay riesgo de fuga es que «en un año que lleva imputado no lo haya hecho ya», personándose en el juzgado los tres días que fue citado a declarar, pese a conocer ya los seis delitos que se le imputan. También incidió en el hecho de que Guerrero incluso llegó a solicitar su vuelta a su plaza como funcionario de la Junta de Andalucía. «No tiene sentido que pida el reingreso en la función pública cuando tiene pensado irse», explicó.

En este sentido, el abogado recordó que la Junta aprobó su readmisión, pero que abrió un expediente al ex alto cargo que «lo tenemos recurrido». Además, añadió que la Junta está «incumpliendo» la normativa al respecto, pues «debería estar abonándole el 75% de su sueldo, que es lo establecido para los casos de apertura de expediente de suspensión temporal».

Por último, el abogado explicó que en su recurso de reforma ante el juzgado, apuesta por otro tipos de medidas para evitar la posible fuga, «sin necesidad de privarlo de libertad». Así, explicó que sería «suficiente» con retirarle el pasaporte, hacerlo acudir a los juzgados a diario para firmar o colocar una pulsera telemática para controlar sus movimientos.

Traslado de módulo. Mientras tanto, Guerrero está a punto de cumplir una semana en prisión preventiva. De Pablo dijo que el lunes pasado lo encontró «con muy buen ánimo, incluso animándome a mí. Fernando tú tienes que tener la cabeza fría, me dijo». El ex alto cargo fue trasladado ayer del módulo de ingreso, donde incluso salió al patio, al de respeto, según informaron fuentes penitenciarias a Europa Press.

Según las mismas fuentes, Guerrero pasó ayer al módulo III de respeto, una zona reservada «a reos que llevan un cierto tiempo en la cárcel y que hayan demostrado un buen comportamiento», por lo que criticaron que le estén dando «un claro trato de favor». «Desde la dirección de la cárcel, se han dado órdenes verbales para que los funcionarios ejerzan una especial vigilancia sobre él y le den un trato exquisito», apuntaron las fuentes.

«Las órdenes han sido claras, no quieren que nadie se acerque a él ni que nadie le moleste», por lo que se le ha trasladado a un módulo compuesto por presos «no problemáticos». Un extremo que ayer negó Instituciones Penitenciarias, que aseguró que fue trasladado al mismo porque es un reo con un perfil «ajeno a posibles problemas o incidentes».