El Gobierno de Mariano Rajoy cortocircuitó ayer el miedo de los agricultores a perder el subsidio agrario, una de las armas electorales más manidas por el PSOE en Sevilla, Córdoba y Jaén. En 48 horas, el Ejecutivo anunció dos partidas millonarias para Andalucía, una para saldar la deuda con los proveedores, y la de ayer, la esperada ayuda al campo andaluz.

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, adelantó en Rota (Cádiz) que en los Presupuestos Generales que se presentarán el 30 de marzo «no se bajará ni un euro» para el Plan de Fomento del Empleo Agrario Profea (el antiguo PER). Báñez anunció que Andalucía recibirá 215 millones de euros para este plan y que el próximo miércoles convocará a los sindicatos agrarios «para repartir ese dinero en Andalucía». Es el segundo golpe de efecto que el Gobierno lanza en plena campaña electoral para las andaluzas, un capote para los intereses de Javier Arenas, porque ahuyenta el miedo a la derecha que tanto explotan los socialistas, sobre todo en el ámbito rural.

Durante un mitin, Báñez aseguró que a pesar de que el presupuesto será «austero y de crisis», el PER «no recibirá ni un euro menos». El año pasado, el fondo estatal para Andalucía ascendió a 147 millones, con lo que la suma que promete el PP es considerablemente mayor. La ministra de Empleo dijo reconocer «lo bueno y necesario que es para esta tierra, para que mucha gente pueda permanecer en sus pueblos». «El PER está garantizado con un Gobierno del PP, es una prioridad», dijo.

Los fondos del PER, aportados en su mayoría por el Gobierno y una pequeña parte por la Junta, se destinan a financiar obras en infraestructuras municipales para las que son contratados trabajadores del campo con el fin de que completen los jornales necesarios para poder cobrar el subsidio. Los fondos para obras municipales existen en otras regiones pero el subsidio agrario, implantado por el Gobierno de Felipe González, solo en Andalucía (lo cobran 250.000 de los 470.000 jornaleros) y Extremadura, lo que ha sido objeto de duros ataques desde el nacionalismo catalán pero también en las filas del PP como la líder madrileña Esperanza Aguirre.

Por ello, el PSOE ha alertado varias veces del peligro que corría el PER con una victoria del PP. El último en hacerlo fue Gaspar Zarrías, el viernes pasado, al vaticinar con «certeza documental» que el PER desaparecía de los Presupuestos Generales del Estado.

Ayer le respondió el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, garantizando que el PP no reducirá «las prestaciones por desempleo en el campo andaluz» y negando la existencia del «más mínimo atisbo de proyecto» por escrito al respecto. En su intervención, la ministra Báñez defendió las «oportunidades y potencialidades» de Andalucía, donde el PP se «dejará la piel» para «dar la batalla cada día frente a la crisis, con gobiernos que no engañen a los ciudadanos, que no cuenten cuentos y a los que les salgan las cuentas».

Y frente a los ataques socialistas, animó a tener miedo solo «a las arcas vacías y a los agujeros negros, a los que condenan a esta tierra al paro y la crisis, a los que recortan derechos, a los que no nos dejan ejercer el derecho al trabajo, a los que bajan sueldos a los funcionarios y a los que congelan las pensiones de los mayores», en definitiva, «a los gobiernos socialistas», que son, según añadió, «los que se reparten el dinero de la solidaridad en Andalucía, el dinero de los parados».

Báñez, onubense de origen, presumió de que en 80 días, el Gobierno del PP «ha hecho más que un Gobierno socialista en ocho años». Y a una semana de la cita electoral, coincidiendo con la publicación de varios sondeos que dan por sentada la mayoría absoluta de Arenas, insistió en que los populares se están «dejando la piel» en la campaña porque las elecciones «no están ganadas».