Sin complejos y ningún pudor, el PSOE andaluz abrió ayer de par en par las puertas a IU para formar un gobierno de coalición. Es una de las tres opciones que los socialistas están dispuestos a negociar a partir de la semana que viene. Las otras dos pasan por un pacto para que la federación de izquierdas facilite la investidura de José Antonio Griñán o un acuerdo para sostener al PSOE durante la legislatura.

«La decisión de estar en el Gobierno le corresponde a IU, que tiene seriedad suficiente para formar parte del Ejecutivo», aseguró ayer la secretaria de Organización socialista, Susana Díaz. La condición sine qua non es lograr un «Gobierno estable» en un momento delicadísimo para Andalucía. IU someterá su postura final a referéndum. Su líder, Diego Valderas, reclamó ayer «calma y unidad» a la militancia para afrontar el diálogo y confesó estar «abrumado» ante tanto apoyo.

Así, PSOE e IU están listos para sentarse a hablar. Cada uno ha seguido los pasos que marcan sus estatutos y ahora toca un proceso complicado que arranca en plena Semana Santa. Los socialistas celebraron ayer una reunión de la Permanente de la comisión ejecutiva regional del partido y el lunes el líder del PSOE-A, José Antonio Griñán, se verá con los secretarios provinciales. Susana Díaz, Mar Moreno y Mario Jiménez forman la delegación socialista que tendrá que negociar. De IU acudirán Diego Valderas, José Luis Centella, José Luis Pérez Tapias y Willy Meyer. La federación ha creado tres comisiones distintas para estudiar el escenario tras el 25-M.

Valderas tanteó ayer a los suyos en la comisión ejecutiva regional y se comprometió a consultar a las bases la decisión final. Aún le quedan a IU pasos importantes por dar. El 7 de abril habrá un encuentro de cargos públicos y el día 13 tendrá lugar un Consejo Andaluz de la federación -máximo órgano entre asambleas-. El calendario está ajustado: el 19 de abril es la constitución del Parlamento y la fecha tope para el debate de investidura es el 10 de mayo. El acuerdo debe estar antes.

La pelota está en el tejado de IU, que es un partido muy complejo. La formación de Valderas, que ha doblado sus diputados de seis a doce y que es la llave del Gobierno, tiene que decidir qué es lo que más le conviene. Son muchos los dirigentes que apuestan por facilitar la investidura de Griñán pero manteniéndose fuera del Gobierno.

La convulsión interna del PSOE, el caso de corrupción que salpica a los socialistas y los duros recortes que deberá acometer el nuevo Ejecutivo andaluz para cumplir con las exigencias del déficit podrían dañar las expectativas de IU en caso de andar metido en el Gobierno. Estas voces, contrarias a una coalición, temen el desgaste en las próximas citas con las urnas. Valderas insistió ayer en que IU aspira a influir en todas las políticas del Gobierno andaluz y no se conformará con «los sillones». Ya ha coqueteado con la presidencia del Parlamento -Valderas ocupó este cargo durante la pinza- y exige una comisión de investigación sobre el escándalo de los ERE que el PSOE siempre había rechazado y que ahora no descarta crear.

La reforma de la Ley Electoral, el empleo, la lucha contra la pobreza y la regeneración institucional son las prioridades de IU para negociar. El PSOE antepone la «estabilidad» del Ejecutivo, el paro, la transparencia y la defensa de Andalucía y de los derechos sociales.

Mandato de izquierdas. Los socialistas volvieron a sacar pecho del resultado del domingo, que dejó al PP lejos de la mayoría absoluta, y eludieron la autocrítica. Aunque hayan perdido nueve diputados respecto a 2008, comparan las autonómicas con las municipales y generales, donde sufrieron una sangría de votos. Ahora han remontado. Tras el análisis «sosegado» de la Permanente del partido, Susana Díaz puso en valor que la izquierda ha ganado en un conjunto de municipios que representa «el 60% de la población andaluza». «Los ciudadanos han dado un mandato claro, que es el color del futuro Gobierno de Andalucía», insistió.