Hace 12 años, en pleno proceso de sucesión por la dirección de IU en Andalucía, se abrió un debate sobre si la federación de izquierdas había madurado lo suficiente como para nombrar a una mujer coordinadora regional. El tema lo había puesto sobre la mesa, de forma nada casual, la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar.

El entonces coordinador general de IU, Julio Anguita, zanjó el debate de forma abrupta: «Lo de mujer u hombre me parece que son concesiones a esta especie de Corte Inglés en que se está transformando la política».

Diego Valderas fue elegido coordinador regional aquel año y doce años después sigue siéndolo. Durante los últimos cuatro años y tras la salida de Concha Caballero, IU no ha tenido a ninguna mujer en su grupo, y este «Corte Inglés en el que se ha transformado la política» prácticamente le ha impedido defender las políticas de igualdad sin que el PSOE le echara en cara que en su bancada sólo había hombres.

La nueva IU que ha surgido de las elecciones autonómicas del 25 de marzo es un partido paritario, con seis hombres y seis mujeres. Lo es porque distintas corrientes dentro del partido han presionado y se han movido para cambiar la imagen pública de IU, para que los valores de igualdad no sólo estuvieran presentes en el discurso, sino en la apariencia. «IU es más de izquierdas con mujeres en el Parlamento», dicen.

Y si lo es, también se debe a que el coordinador regional ha puesto todo su empeño para enmendar «un error del pasado que ya nadie entiende». En su último año de poder orgánico, Valderas propuso al comité regional que al menos el 40% de las listas provinciales para las autonómicas estuvieran encabezadas por mujeres. No bastaba con que fueran de número dos en listas cremallera, como dictan los estatutos.

Las dificultades de IU para lograr representación en las provincias más pequeñas hacen casi imposible que el número dos logre escaño. Eso también se sabía en 2008, pero se obvió, o no hubo ninguna voz de peso en la dirección que pulsara el piloto rojo: IU podría ser el único grupo parlamentario representado exclusivamente con hombres. Así ocurrió. Y durante cuatro años, si Valderas intentaba ignorar esa realidad, el PSOE se encargaba siempre de recordárselo. «Me encanta que venga usted aquí a hablar de igualdad, teniendo en cuenta que en su bancada sólo se sientan hombres», le ha espetado el presidente de la Junta en más de un debate parlamentario.