El Gobierno andaluz aprobó ayer una «limitación de gasto» por 2.600 millones del presupuesto de 2012. Es la cifra que el Ejecutivo calcula que tendrá que recortar de sus números y la señal inequívoca de que el próximo Gobierno va a ajustar sus cuentas para cumplir con la reducción del déficit público al 1,5%.

Después de semanas en las que el Ejecutivo andaluz señaló de forma oficiosa un recorte de entre 2.000 y 2.500 millones en sus cuentas públicas, el presidente de la Junta en funciones, José Antonio Griñán, confirmó ayer en una entrevista en Onda Cero que hasta que se formulen unos nuevos presupuestos, Andalucía congelará 2.600 millones de euros de su gasto público. «Los que hicimos ya no valen y tendremos que hacer unos nuevos», dijo sobre las cuentas aprobadas en diciembre y que ascienden a 32.020 millones.

En plena discusión sobre las cuentas andaluzas, que el Gobierno del PP ha puesto en el punto de mira insinuando que están maquilladas y que no hay garantía de que Andalucía cumpla con el déficit, Griñán ofreció un gesto inequívoco de que sí habrá recortes. Quiso despejar dudas, sobre todo porque el PSOE está en plena negociación con IU para formar gobierno en Andalucía y no está claro si la federación de izquierdas, que ningunea y critica el cumplimiento del déficit público, estaría dispuesta a asumir ajustes tan brutales.

Mercados. Griñán eludió el combate con el Gobierno central pero advirtió del grave momento en el que están los mercados para pedir al Ejecutivo de Rajoy que no sea «irresponsable» con sus críticas, sembrando dudas hacia las cuentas andaluzas.

El secretario de Estado del Ministerio de Hacienda, Antonio Beteta, lanzó una amenaza velada a Andalucía sobre la intervención de sus cuentas y la consejera de Hacienda le replicó pidiendo a las autoridades europeas que revisen los números.

Las comunidades están obligadas a un recorte de 15.500 millones. Eso sin contar con los 10.000 millones adicionales que el Gobierno ha planteado recortar en sanidad y educación.

El presupuesto andaluz, que se elaboró en plena campaña electoral de las generales y sirvió de argumento al candidato socialista para defender otro modelo frente a la crisis, fue expansivo, creció y previó un aumento del 1% del PIB, lo que choca ahora con un escenario de recesión y unos presupuestos del Estado que han recortado 27.300 millones de euros. El líder del PP-A, Javier Arenas, exigió detalles sobre el ajuste.