La dirección de IU empezó ayer a hablar de la «estructura del nuevo Gobierno andaluz», con el escrutinio todavía al 90%, 15 horas después de cerrar las urnas del referéndum. La militancia, dijo el coordinador regional, Diego Valderas, «ha dado un respaldo masivo» al acuerdo de gobierno con el PSOE. El 84,7% (de los votos válidos, descontadas las papeletas nulas de la CUT-BAI) apoyó el acuerdo programático, y de ellos, casi el 85% eligió el gobierno de coalición, frente al 16% que optó por el pacto de legislatura. «Me quedo con la suma, las dos opciones tienen el mismo valor», dijo Valderas.

El delicado proceso de ensamblaje entre los discursos de PSOE e IU, antaño divergentes, parece haber concluido con éxito. Ambas fuerzas, por separado, empiezan a hablar con una sola voz. Es la que utilizó ayer Valderas y la secretaria de Organización del PSOE, Susana Díaz, al describir el próximo Gobierno: «Una política, un programa, un gobierno», advirtió Valderas, «no debe haber dos políticas, dos programas y dos gobiernos; no debe haber bicefalias», concluyó. Díaz se expresó casi en los mismos términos. «No será un gobierno al peso, sino un gobierno único con una única organización coordinada», dijo.

Así la número dos del PSOE corregía a Valderas que, en Canal Sur, dijo que IU aspiraba a una responsabilidad cercana al 30% en la Junta. Su cálculo sólo es la proporción de sus diputados (12) en la suma con los socialistas (el total es 59). Pero le bastó al portavoz del PP en el Parlamento, Carlos Rojas, que cargó contra él: «Será un reparto partidario de las instituciones, vamos a asistir a una investidura de dos presidentes, uno tendrá el 70% y otro, el 30%».

No se habla de sillones. PSOE e IU se cuidan mucho de que el último capítulo, antes de formar gobierno, no se parezca al juego de la silla. Saben que el PP intentará frivolizar el reparto de poderes desde el principio. Al ver cómo Rojas atacó sus palabras, Valderas se desdijo y recuperó el tema de «no se habla de sillones, sino de contenidos». El coordinador regional insiste en la «corresponsabilidad global» de PSOE e IU dentro del gobierno. Valderas aspira a que su fuerza minoritaria sea permeable a todos los estratos de poder de la Junta. «Política transversal», lo llamó.

Pero también defendió que IU ostente «instrumentos políticos que garanticen el acuerdo pactado» y públicamente se inclinó por las carteras de Agricultura, Medio Ambiente, Gobernación y Turismo. Valderas sólo mencionó ayer Empleo, y dejó claro que comparte con Griñán la idea de reducir consejerías. De 13 pasarán a 10.

El PSOE prevé que IU gestione tres y que su líder ocupe una vicepresidencia. Valderas puede ser el único miembro de su grupo que se integre en el Gobierno, el resto saldrá de IU, pero no serán diputados. «El grupo parlamentario se mantendrá al máximo, sería poco inteligente desnaturalizarlo», dijo. El diputado díscolo de IU, Juan Manuel Sánchez Gordillo, volvió a denunciar ayer el «pucherazo» del referéndum. Gordillo dijo que no sería «partícipe» del nuevo gobierno PSOE-IU y que no votará la investidura de Griñán «gratis». El presidente del Parlamento, Manuel Gracia, abrirá hoy la ronda de consultas con los portavoces de los grupos parlamentarios, previa a la propuesta oficial del candidato a la Presidencia, que previsiblemente será José Antonio Griñán.

Por su parte, el PP aseguró que con el pacto de gobierno entre PSOE e IU en Andalucía se sigue «el patrón conocido» de reparto de las instituciones, y advirtió de que con el 30 por ciento de poder IU «va a cargar con una pesada mochila de 30 años de fraude y de abuso de poder» de los socialistas.

Según Carlos Rojas el único criterio que seguirán PSOE e IU ante un eventual gobierno será «cuál es el reparto y no cómo se puede gobernar mejor» para los andaluces.