Después de cerrar el año 2011 con crecimiento, la economía cayó de nuevo en Andalucía a lo largo del primer trimestre del ejercicio en curso. En concreto, lo hizo en tres décimas en la comparación interanual –es decir, sobre el mismo periodo del año pasado– debido, sobre todo, al recorte en el gasto de las administraciones públicas, que siguieron ejecutando sus planes de ajuste presupuestario, y al revés añadido en la construcción, principal damnificada de esa tijera. Son datos oficiales, del Instituto de Estadística y Cartografía de la comunidad.

En efecto, el desembolso de las distintas administraciones e instituciones sin ánimo de lucro experimentó la rebaja más fuerte de toda esta crisis económica, al descender el 5,2% interanual, un porcentaje que ha ido incrementándose desde inicios de 2011 –el año 2010, en cambio, aún concluyó en positivo–.

El gasto de los hogares andaluces, por su parte, se redujo tres décimas por el alza del desempleo y, por lógica, el miedo de las familias al paro.

De hecho, la denominada formación bruta de capital fijo, que es la inversión, la mayoría de carácter empresarial, se acentuó en el primer trimestre respecto a los precedentes, con un -7,1%. Y si las empresas no invierten, no crean empleo. Ésa es la traducción, ahí se justifica el temor.

Mientras, la demanda regional, indicador que mide la aportación a la economía de las ventas al exterior y las compras del exterior, se contrajo en los tres primeros meses del año, al bajar un 3,2% las importaciones –que es lógico si se tiene en cuenta el menor consumo familiar– y crecer un 5,7% las exportaciones.

Y este último dato es de las pocas alegrías ofrecidas por el Producto Interior Bruto (PIB) de Andalucía, pero, eso sí, el ritmo de aumento se aleja del revelado a lo largo de 2010 y 2011. Cabe recordar que el mercado exterior es una de las bazas para salir de esta ya larga crisis.

Vayamos al análisis de la evolución del PIB (es el valor de todo lo producido por una economía) por sectores.

Debido al recorte de las obras públicas, la construcción volvió a experimentar un severo descenso, del 5,9%, siendo un porcentaje desconocido desde 2010. Y hasta tal punto es grave que, al final, arrastró el crecimiento del resto de actividades (agricultura, industria y servicios), todas ellas con cuatro décimas.

El empleo, por su parte, se redujo el 4,7% entre enero y marzo. Por tanto, continuó la sangría laboral, mientras que el trabajador asalariado vio cómo su sueldo bajaba un 3,87%, siendo de hasta el 18,9% inferior en el ladrillo. Para los amantes de las cifras: el PIB andaluz fue de 37.200,2 millones entre enero y marzo. El descenso de tres décimas fue inferior en una al revelado por el conjunto de la economía española, y ambas se sitúan de nuevo al borde de la recesión –en la que se caerá en el segundo trimestre–.

Fitch recorta

La agencia de calificación crediticia Fitch rebajó ayer la nota a ocho comunidades autónomas españolas, entre ellas a Andalucía, región ésta que pasa de A (notable) a BBB (bien bajo), debido, dijo, a los «esfuerzos adicionales» que deberá acometer.