Las insistentes críticas vertidas desde el PSOE-A y por parte de algunos de los consejeros socialistas de la Junta de Andalucía sobre el informe que la Guardia Civil ha elaborado sobre el supuesto fraude en los ERE financiados por el Gobierno andaluz ha colmado la paciencia del ministro del Interior. Jorge Fernández pidió ayer que se respete al Instituto Armado tanto cuando gusten los dictámenes y como cuando no gusten.

En declaraciones a los periodistas tras el acto de entrega de despachos a las nuevas promociones de la Guardia Civil en Baeza (Jaén), Fernández Díaz dijo que este cuerpo actúa «siempre en el marco de la ley y si la autoridad judicial le pide un informe, la Guardia Civil no mira a quién afecta, sino que ese informe se emita con el máximo rigor profesional, con absoluta independencia y con total sujeción a la ley». En ese sentido, instó a que se respete en todo momento la profesionalidad y la independencia de la Guardia Civil.

Las declaraciones del ministro van dirigidas sobre todo a la consejera de Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, quien dijo que la Guardia Civil basa sus valoraciones en el atestado que ha entregado a la jueza Mercedes Alaya en «suposiciones y sospechas».

Por otra parte, los tres partidos representados en el Parlamento andaluz siguen a la gresca a cuenta de la comisión de investigación sobre los ERE que muy probablemente se aprobará la semana que viene.

El secretario general del PP-A, Antonio Sanz, dijo ayer que la comisión tiene «de los nervios a los socios del bipartito». Sanz dijo que Andalucía no se merece que la primera comisión de investigación que el PSOE acepta en 17 años, «forzado y a regañadientes», sea un «paripé».

Mientras, el portavoz del grupo socialista en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, consideró que el PP-A va a intentar pervertir la comisión de investigación con el objetivo de convertirla «en una especie de amplificador de sus estrategias judiciales».

Por su parte, el vicepresidente primero del Parlamento y diputado de IULV-CA, Ignacio García, pidió al PP-A que actúe con respeto al Parlamento y al resto de fuerzas políticas en relación a la comisión de investigación en vez de intentar convertirla «en un espectáculo».