Las playas de Huelva constituyen uno de sus principales atractivos naturales de todo el territorio andaluz. Desde la desembocadura del Guadiana a la del Guadalquivir la costa atlántica onubense ofrece 120 kilómetros de costa y 80 de amplias playas de arenas blancas enmarcadas por verdes pinares. La apuesta por la diversidad y la calidad de las mismas, ondeando en ellas la bandera azul o la Q de calidad turística certificada, han convertido a la Costa de la Luz en destino turístico de primer orden del sur de España.

La luz del océano Atlántico tamiza todos los pueblos que conforman el litoral, desde Ayamonte, en la frontera con Portugal, hasta Almonte, pasando por Isla Cristina, Lepe, Cartaya, Punta Umbría, Huelva, Palos de la Frontera y Moguer.

La playa de Isla Canela, en Ayamonte, se sitúa en la desembocadura del Guadiana, entre marismas, caños, arenales y dunas. Su puerto deportivo y su campo de golf son un valor añadido a la visita a estos parajes.

Recorrida por un bello paseo marítimo, la playa Central de Isla Cristina, goza de todos los servicios propios de una pujante ciudad, sin haber perdido los pinares y dunas que le dan su carácter. Es más que recomendable visitar su marinero casco antiguo y su animado puerto pesquero. Compartiendo costa con Lepe, la playa de Islantilla mantiene un equilibrio impecable entre la naturaleza y el turismo.

Al pie de la carretera Isla Cristina-Islantilla se encuentra la playa del Hoyo, con un grado de ocupación medio pero con excelentes comunicaciones tanto por carretera como por la vía verde que la une al casco urbano. En Isla Cristina también se encuentra la playa aislada de la Casita Azul.

Continuando por el litoral lepero, se puede disfrutar de la playa de la Antilla. Se trata de una zona de ambiente familiar, con todos los servicios de seguridad y comunicaciones.

El puerto pesquero de El Terrón, lugar de ambiente joven en las noches de verano y de una cocina marinera tradicional incomparable, bien puede ser la última parada antes de adentrarse en los 12 kilómetros de playa virgen Nueva Umbría.

El municipio de Cartaya ha redescubierto, 500 años después, la Playa de San Miguel para complejos residenciales y hoteleros, respetuosos con la misma naturaleza que le da la más exclusiva marca de calidad.

Arropada por el coqueto puerto pesquero, la playa de El Rompido se asoma a la margen cartayera del estuario del río Piedras y no al océano Atlántico, del que recibe no obstante los vaivenes de la marea. Es un excelente fondeadero para los amantes de la náutica deportiva.

La playa de El Portil se desarrolla por casi cuatro kilómetros de litoral, entre los términos municipales de Cartaya y Punta Umbría. Esta playa guarda para todo aquel que venga a visitarla la Reserva Natural de la Laguna de El Portil. Además, entre este paraje y el de los Enebrales de Punta Umbría aparece La Bota, la playa por excelencia del bañista diario de Huelva capital, mientras que la de la Mata Negra está aislada, sin urbanizar y muy frecuentada por el turismo naturista-nudista.

El destino turístico más antiguo de la costa onubense es la playa de Punta Umbría, que posee cincuenta metros de ancho y cuatro kilómetros de litoral.

Huelva capital sorprende al viajero con una playa recién nacida tras las obras de abrigo de su puerto en los años setenta. Para acceder a la playa del Espigón habrá que cruzar el Paraje Natural de Marismas del Odiel.

Entre Moguer y Palos de la Frontera, se encuentra la aislada playa de El Parador, donde se presiente la explosión vital de Doñana.

La playa de Mazagón ofrece aguas tranquilas y novísimas instalaciones de esparcimiento y servicios, como es el caso de su puerto deportivo.

Uno de los lujos más preciados del litoral es la playa de Castilla, línea costera del Parque Natural de Doñana. Desde las alturas de la duna del Asperillo, monumento natural, sorprende la imagen de esta costa virgen. El acceso de Cuesta Maneli es uno de los elegidos por los practicantes del naturismo por su tranquilidad y ambiente relajado.

En la playa Torre del Loro, el bañista podrá en 20 pasos pasar del término municipal de Palos de la Frontera, al de Moguer, de éste a Lucena del Puerto y de Lucena a Almonte.

Además de sus propias virtudes, la playa familiar de Matalascañas en Almonte guarda el singular privilegio de poseer el único acceso posible, a pie, a las playas del Parque Nacional de Doñana, cuarenta kilómetros en los que disfrutar del mar y la naturaleza.

El turismo de alto poder adquisitivo también encuentra lugar en este rincón de España, con los numerosos hoteles de gran lujo que se asientan, sobre todo en la costa, que a su vez son acompañados por excelentes campos de golf, deporte que se puede practicar todo el año gracias al estupendo clima que tiene la provincia.