Agentes de la Policía Nacional concluyeron ayer sin éxito una nueva búsqueda en la finca de «Las Quemadillas» de los dos niños de 2 y 6 años desaparecidos el pasado 8 de octubre de 2011 en un parque de Córdoba.

Así lo confirmó, en declaraciones a los periodistas, Baldomero Sánchez de Puerta, hijo del letrado de José Bretón, padre de los menores que permanece en prisión desde el pasado 21 de octubre acusado de un presunto delito de detención ilegal.

Sánchez de Puerta declaró, tras salir de la finca, que el georradar utilizado ayer para buscar algún rastro de los menores no encontró nada, mientras que las pesquisas se podrían prolongar «entre una o dos semanas».

El letrado manifestó que los técnicos especialistas y los agentes policiales «siguen, siguen y siguen buscando con total normalidad» en la parcela, aunque por el momento con resultado negativo. Asimismo, aseguró que finalmente solo se utilizó un georradar para explorar el terreno de la finca y el de dos parcelas anexas a la misma, mientras que los agentes no realizaron inspección alguna en el interior de la vivienda, tal y como ocurrió hace dos semanas. Respecto a la actitud de José Bretón, el letrado aseguró que se mostró «tranquilo» durante la búsqueda de sus hijos y que se encuentra «con ganas de que se celebre el juicio».

Con el georradar se pretende alcanzar una mayor profundidad en el terreno para detectar posibles alteraciones, además de mayor nitidez que con el que se utilizó en un primer registro de la finca al principio de la investigación.

Los expertos pasarán el dispositivo por la finca metro a metro y se prevé que estas labores puedan durar varios días, mientras que posteriormente se procesarán los datos que los arqueólogos que también participan en el registro confían en tener el próximo jueves para empezar a trabajar. En este sentido, según explicaron a Efe fuentes cercanas a la investigación, los únicos que podrán descartar al cien por cien si hay alguna irregularidad son los arqueólogos, ya que su metodología no se ve afectada por las interferencias de las líneas eléctricas, como ocurre con el georradar.

El registro de ayer se suma al llevado a cabo hace dos semanas, cuando los agentes policiales inspeccionaron minuciosamente el interior de la vivienda ubicada en la finca, donde se centraron en analizar falsos techos y levantaron baldosas en busca de algún habitáculo. Un registro en el que también participó la madre de los menores, Ruth Ortiz, quien señaló «tres anomalías» en la estructura de la vivienda desde la última vez que ella la había visitado.