­El exdirector de Trabajo de la Junta de Andalucía Francisco Javier Guerrero, principal imputado por el fraude de los ERE irregulares, señaló ayer que su error ha podido ser su silencio, pero que administrará lo que sabe y lo que no sabe según le convenga en cada momento.

Guerrero señaló en una entrevista con Giralda Televisión que el PSOE y la Junta han buscado un chivo expiatorio «a quien cargar con todas las culpas», a pesar de que estuvieron durante nueve años dándole «palmaditas en la espalda» y aplaudiendo sus actuaciones.

Aseguró que la partida 31L, de la que salía el dinero para financiar los ERE, se confeccionaba cada año, tenía una memoria de actuaciones y se aprobaba en el Parlamento, de manera que «todo el mundo sabía para qué era ese dinero y a quién iba destinado», por lo que dijo no saber «de qué se extraña nadie ahora». «En nueve años absolutamente nadie me dijo que estuviera haciendo algo mal», indicó Guerrero, quien lamentó que ahora parece que estuviera solo en la Junta.