Cuando todos esperaban el anuncio de un adelanto electoral, Susana Díaz decidió ayer mantener un día más el suspense, aunque apuntando de nuevo a la debilidad del pacto de gobierno con Izquierda Unida en la Junta de Andalucía. La presidenta no se pronunció claramente sobre las autonómicas, pero ya cuenta con el apoyo de todos los secretarios provinciales socialistas, que por la tarde se reunieron con ella en Sevilla y le mostraron su respaldo en caso de que decida adelantar las elecciones al mes de marzo, un apoyo que también le llegó desde Madrid de numerosos cargos públicos. Mientras que la coalición de izquierdas se esforzaba ayer en aparentar cierta normalidad para mantener vivo el pacto, Díaz volvió a ser contundente en sus impresiones. No cree que haya estabilidad con IU y se propone hacer lo que considera mejor para los andaluces.

«En estos momentos no hay estabilidad y en estas condiciones, si las cosas no cambian, pues evidentemente habrá que tomar una decisión y será en los próximos días», dejó claro la presidenta andaluza en un acto en Gibraleón (Huelva). «La gente quiere que sus representantes estén en sus problemas y si no se garantiza la estabilidad hablarán los andaluces porque no voy a esperar cinco meses a que lo digan los dirigentes del PSOE o IU», aclaró.

Díaz fue escueta en palabras a su salida del encuentro con los secretarios socialistas y se limitó a decir que no había novedad, pero los líderes provinciales sí mostraron su apoyo a la presidenta y secretaria general del PSOE-A, coincidiendo en que el partido no va a influir en su decisión final. «El PSOE no va a condicionar ninguna decisión. Siempre se tomará la que sea mejor para Andalucía», explicó el secretario provincial de Málaga, Miguel Ángel Heredia, tras la reunión que se alargó durante dos horas. «Lo que decida estará bien casi con toda seguridad», afirmó, por su parte, el responsable de los socialistas cordobeses, Juan Pablo Durán, que informó de que la presidenta expuso «con más detalle» a los asistentes las dificultades y tensiones que han surgido con Izquierda Unida en el Gobierno andaluz.

Por la mañana, en Huelva, Díaz había incidido en las ideas ya expuestas el lunes: no quiere que Andalucía viva la misma situación que Cataluña, quiere un Gobierno andaluz fuerte y sólido y no cree que ayuden a la estabilidad del mismo movimientos de IU como la propuesta de un referéndum entre sus militantes sobre el futuro del pacto en Andalucía. Una consulta, no obstante, que no tiene visos de celebrarse, como se apresuró en anunciar ayer el coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo. «No tenemos intención de convocar el referéndum porque queremos que se cumplan las condiciones y no haya necesidad». Maíllo, que ayer también se reunió con los líderes provinciales de la coalición, aseguró: «no podemos retirar lo que no hemos convocado».

Eso sí, sus palabras se contradicen con las del diputado y aspirante a convertirse en candidato de IU a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, que defendió ayer que la federación mantiene su intención de hacer el referéndum. «El referéndum no es sí o sí», dijo, negando que se haya «reculado» en este tema. «Está todo correcto».

Esta disparidad de opiniones viene a escenificar una vez más la división interna que existe en el seno de Izquierda Unida, una división que la propia Díaz sitúa como una de las razones de la inestabilidad del pacto de gobierno en la Junta.

Un intento de normalidad. El vicepresidente del Gobierno andaluz, y miembro de IU, Diego Valderas, también trató de revestir de normalidad el acuerdo de gobierno con el PSOE, ya que considera que en estos momentos no hay «razones objetivas» que justifiquen el adelanto de las elecciones autonómicas. «Seguimos trabajando e intensamente, con normalidad; queda mucho tajo por delante y hay máximas posibilidades de estabilidad», enfatizó Valderas, quien considera que forma parte de un gobierno que está «respaldado por dos fuerzas políticas serias». «No existen razones objetivas para el adelanto electoral», insistió el vicepresidente, que recordó que aún quedan una decena de leyes incluidas en el pacto que tienen que ser aprobadas.

El también consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales se refirió asimismo a su posible viaje al Sáhara, al que Díaz se ha mostrado contraria, y aseguró que lo sigue valorando y que éste será un tema que «dilucidará» con la presidenta andaluza cuando corresponda.