­El PSOE fue ayer, por la mínima, la fuerza más votada en Andalucía y aunque se resarció de la derrota sufrida hace cuatro años a manos del Partido Popular se quedó a mucha distancia de los cálculos electores que manejaban durante la campaña, que pasaban por aprovechar su tradicional granero de votos en la región y el tirón de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, para meter distancia a los populares y ayudar así a Pedro Sánchez en su carrera por llegar a la Moncloa. El PSOE recabó casi un tercio de los votos emitidos en la comunidad (un 31,5%) y se hizo con 22 diputados pero el PP obtuvo otro 29,1% y logró 21 escaños.

La otra nota destacada es la irrupción de Podemos y Ciudadanos, que por supuesto se deja notar en la comparativa de resultados en relación a las elecciones de hace cuatro años. El bipartidismo retrocede así significativamente en Andalucía. Los socialistas pierden tres escaños en relación a las elecciones generales de 2011 aunque mucho peor le han ido las cosas al PP tras estos cuatro años de Gobierno de Mariano Rajoy: se han dejado 12 de los 33 diputados que lograron hace cuatro años, cuando se alzaron por primera vez en su historia con el triunfo a nivel regional. De esta forma los dos grandes partidos, que acapararon hace cuatro años el 82% de los sufragios en Andalucía (el PP el 45,5% y el PSOE el 36,6%) ahora sólo se reparten el 60,6%.

El resultado electoral, a buen seguro, no satisface ni a las huestes de Rajoy ni a las de Pedro Sánchez. Los populares, pese a quedarse sólo a rebufo del PSOE, sufren un severo descalabro en la región pero para los socialistas la victoria es absolutamente agridulce, dado que también retroceden ligeramente y fracasan en su intento de meter distancia al PP en su feudo más importante.

Los votos perdidos por el bipartidismo se los llevan tanto Podemos como Ciudadanos, que en sus primeras elecciones generales han obtenido un importante respaldo ciudadano. La formación liderada por Pablo Iglesias consiguió ayer el 16,86% de los votos en Andalucía, lo que le otorga 10 diputados. Por su parte, el partido de Albert Rivera cosechó el 13,78% de los sufragios y se hace con ocho escaños. Por contra, la candidatura de IU (Unidad Popular) sufre un retroceso que le ha impedido obtener representación en la comunidad. La formación liderada por el malagueño Alberto Garzón sólo logró el 5,7% de los votos y pierde los dos diputados que sí obtuvo en 2011, cuando sus apoyos alcanzaron el 8,2%. A nivel territorial, el PSOE gana en cinco provincias andaluzas (Sevilla, Huelva, Córdoba, Cádiz, y Jaén) mientras que el PP se impone en Granada, Málaga y Almería.

Los resultados de las elecciones generales ofrecen lecturas más equiparables en comparación con las elecciones autonómicas andaluzas celebradas el pasado 22 de marzo, donde Susana Díaz se alzó con la victoria y en los que las fuerzas emergentes, Podemos y Ciudadanos, obtuvieron por primera vez representación en la región. Los socialistas, por ejemplo, lograron entonces un 35,4% de los votos, cuatro puntos más que en estas generales. El PP por contra sube en relación a esa cita en 2,5 puntos porcentuales en apoyo ciudadano, al pasar del 26,7% que logró en la cita autonómicas al 29,1% de los comicios de ayer. Podemos, que obtuvo entonces un 14,8%, lo sube ahora a un 16,8% y Ciudadanos, que tuvo el 9,2% de los votos en las elecciones andaluzas asciende al 13,7%.