Hubo personas que marcaron en rojo su lucha por que Andalucía consiguiera la autonomía plena por la vía del 151 y tuvieron un papel protagonista, como otros lo fueron en negativo.

Rafael Escudero. La autonomía andaluza es el triunfo personal de este político socialista nacido en Estepa. Nada más ser elegido presidente de la Junta el 2 de junio de 1979 se echó a los caminos andaluces para visitar más de 100 pueblos en el verano, con un reducido equipo en el que figuraban personas de su máxima confianza como Luis Hernández y Enrique García Gordillo. Cuando las cosas se pusieron difíciles por la actitud intransigente del presidente Suárez protagonizó una huelga de hambre de 72 horas y se vació literalmente en la campaña del Referéndum, que cerró en Almería, rodeado de todos los alcaldes de las ocho capitales andaluzas. Tuvo que vencer no pocas reticencias entre algunos dirigentes del PSOE, pero sobre todo hubo de fajarse con toda la fuerza que le daba tener el pueblo andaluz detrás a quienes pretendían negar la autonomía plena para Andalucía, el presidente Adolfo Suárez y su Gobierno y las fuerzas caciquiles andaluzas, atadas por su pasado franquista. Rafael Escuredo fue el motor de la Andalucía actual.

Manuel Clavero Arévalo. Sevillano, liberal y profesor. Fundador del Partido Social Liberal Andaluz (PSLA) que se integraría en la Unión de Centro Democrático (UCD). Fue ministro en el gobierno de Suárez y dimitió el mismo día en el que la UCD hizo oficial su decisión de no apoyar el voto afirmativo en el Referéndum del 28F y nada más llegar al aeropuerto de Sevilla anunció que votaría «sí».

Alejandro Rojas Marcos. Secretario general del Partido Socialista de Andalucía (PSA) y diputado por Cádiz. Hizo campaña por el «sí» pero mostró siempre su preocupación por lo que a veces calificó como «trampa» al pueblo andaluz dadas las dificultades y trabas que había en el proceso autonómico. Tomó como bandera el Ideal de Blas Infante y se volcó en impulsar el proceso autonómico y pactó con la UCD el desbloqueo del proceso autonómico paralizado al no superar Almería el listón de las urnas. El PSA en las elecciones de marzo de 1979 había obtenido cinco diputados, lo que le permitió hacer visible el grito que no pudiera dar Blas Infante «Viva Andalucía libre».