­Andalucía vuelve a salir mal parada en su nivel educativo. Los resultados del último informe PISA, correspondiente a 2015, evidencian una vez más el bajo nivel de la región frente a otras comunidades autónomas y a nivel nacional, ya que los alumnos andaluces examinados en el informe de Evaluación Integral de Alumnos que realiza la OCDE se sitúan a la cola en ciencias y los penúltimos en las materias de lectura y matemáticas.

Los exámenes de PISA se realizaron a mediados del pasado año y en ellos por primera vez participaron todas las comunidades autónomas, lo que ha permitido hacer un dibujo más certero del nivel educativo de los alumnos españoles de segundo de la ESO (15 años). En el caso de Andalucía, tomaron parte en estas evaluaciones más de 2.100 estudiantes de 54 colegios elegidos al azar, cinco de ellos de la provincia de Málaga. Los resultados se dieron a conocer ayer y ponen de manifiesto las diferencias norte-sur en España. Así, Castilla y León, Madrid y Navarra ocupan los primeros puestos a nivel nacional en las tres áreas examinadas, frente a Extremadura, Andalucía y Canarias que se sitúan a la cola.

En ciencias, los alumnos andaluces sacan la peor nota, con 473 puntos, junto a Canarias y Extremadura, lo que las coloca por debajo de la media nacional (493). En Matemáticas, la peor parte se la lleva Canarias, con 452 puntos, seguida de Andalucía, con 466 -la media española es de 486-, y en Lectura, es Extremadura la última, con 475, con Andalucía como penúltima, con 479 puntos (496 a nivel nacional).

En el último informe de la OCDE, realizado en 2012, Andalucía era la cuarta por la cola en Ciencias, con 486 puntos, frente a los 473 de ahora y en Matemáticas, era la antepenúltima, con 472, y una posición más arriba que la actual. En cuanto a la comprensión lectora, entonces también era la cuarta por detrás, y la única nota positiva es que, pese a bajar puestos, sube en puntos: 477 en 2012, 479 ahora.

El informe, que en la edición de 2015 ha hecho especial hincapié en las ciencias, también refleja que ésta, en su más amplio concepto, no es la opción de futuro de los estudiantes andaluces. Así, cuando se les pregunta sobre sus expectativas profesionales, un 67% de los alumnos examinados señalan que a los 30 años no se ven trabajando en un empleo relacionado con las ciencias, el porcentaje más alto de todas las comunidades autónomas. Del 24% de los estudiantes que sí quieren dedicarse a esta materia, tienen sus preferencias en la salud, con un 11,7% que planea tener un trabajo sanitario. Un 8,2% se ve trabajando en alguna ingeniería y sólo un 3,7% en un puesto relacionado con las tecnologías de la comunicación y la información.

De los alumnos que esperan dedicarse a las ciencias en Andalucía, un 29% tiene al menos un progenitor con estudios superiores.

Mejores notas

Como dato relevante, el estudio revela que el 39% de los alumnos andaluces que sacan las mejores notas en ciencias también destacan en lectura y matemáticas, mientras que PISA evidencia que el estatus socio-económico también está relacionado con los resultados de las evaluaciones, ya que la mayor puntuación (521) en el área de ciencias se da entre los que tienen una mejor posición socio-económica, con una diferencia de 83 puntos entre el nivel más bajo y el más alto.

A escala nacional, el rendimiento de los alumnos de 15 años mejora en Comprensión Lectora y supera por vez primera la media de la OCDE, pero sigue por debajo en Matemáticas a pesar de subir algo, y cae un poco en Ciencias. La reducción de alumnos repetidores y rezagados ha contribuido a la mejora de España en PISA 2015, pues presenta menos alumnos de rendimiento bajo que la OCDE, según informó ayer la agencia Efe. Esto significa que su sistema escolar es más equitativo. No obstante, tiene aún un déficit de alumnos excelentes comparativamente.

«Por primera vez, España rompe la brecha educativa y se sitúa al nivel de los países más avanzados del mundo», interpretó el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, quien aseguró que los resultados son «especialmente satisfactorios»; lo ha atribuye a un sistema educativo «bueno», aunque mejorable, y al compromiso del profesorado.

Por eso, señaló, no se debe empezar de cero ni hacer tabla rasa, sino mantener lo bueno y «seguir evaluando» porque es la «clave» para seguir mejorando.