¿Cómo sería el nuevo examen de Selectividad una vez supendidas las reválidas del Gobierno? ¿A qué se tendrían que enfrentar los alumnos de segundo de Bachillerato? ¿Qué pruebas habría que superar para acceder a la Universidad? Eran preguntas que angustiaban a profesores y estudiantes y que, casi a mitad de curso, no tenían todavía respuesta. Finalmente, la Selectividad prácticamente no sufrirá cambios y los exámenes se desarrollarán como hasta ahora. Así ha quedado aclarado en una reunión de todos los vicerrectores de Estudiantes de las universidades españolas, celebrada el martes en Murcia.

El vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Málaga, Francisco José Murillo, que ha asistido a esta convocatoria de la CRUE, explica que la nueva Selectividad será «muy parecida» tras la derogación de las reválidas previstas en la LOMCE y que «solo quedan detalles que hay que seguir debatiendo», como por ejemplo, qué va a pasar con los alumnos repetidores que aún están en el sistema. Es decir, no se ha definido si tienen que volver a hacer las pruebas o no para acceder a la Universidad, aunque lo cierto es que pierden nada, ya que si no aumentan su nota siempre conservan la anterior.

La CRUE?de Asuntos Estudiantiles está presidida por el rector de la Universidad de Murcia, José Orihuela, de ahí que esta institución académica haya servido de anfitriona. Esta organización, creada en 1996, es la encargada de promover la coordinación de las actividades y propuestas relativas al ámbito estudiantil entre las universidades.

Tiene por finalidad recopilar y difundir información, en el ámbito universitario, de los asuntos que afectan a los estudiantes y promover acciones conjuntas en materia de su régimen académico, servicios sociales y asistenciales, información y orientación profesional, becas y ayudas al estudio, empleabilidad, asociacionismo y representación estudiantil, actividades culturales, deportivas, así como la formulación de propuestas y recomendaciones generales ante los organismos que tengan competencias en su ámbito de actuación.

Según Murillo, las pruebas mantendrán la fase general y la fase específica, para subir nota. Es decir, la fase general tiene como objetivo valorar la madurez y destrezas básicas que debe alcanzar el estudiante al finalizar el Bachillerato. Constará de cuatro ejercicios obligatorios. El alumno deberá examinarse de las materias comunes (Lengua Castellana y Literatura, Lengua Extranjera, Historia o Filosofía) más un examen de una asignatura de modalidad elegida por el aspirante a universitario.

Cada examen se puntuará del 0 al 10. Para poder acceder a la Universidad, el alumno necesitará sacar, al menos, un 5 de media en esta primera fase de la Selectividad.

Arañar unas décimas

La parte específica seguirá siendo voluntaria. La harían aquellos alumnos que quieran competir por una plaza en una titulación en la que haya más demanda que oferta, examinándose de materias diferentes , que deberán estar relacionadas con la carrera a la que se aspira. El alumno mantiene la opción de poder hacer hasta cuatro exámenes voluntarios de los que, además, sólo tendrían validez los dos en los que haya sacado una mejor calificación. El objetivo es arañar una décimas que les permita colarse en las listas de los grados con una mayor nota de corte.

El vicerrector malagueño también informa de que esta propuesta del Gobierno tiene carácter transitorio, «al menos hasta que no se logre un pacto de Estado por la educación», añade José Francisco Murillo. «Lo que nadie sabe es cuánto puede durar esta transitoriedad», matiza el vicerrector, que no muestra demasiado optimismo al respecto.