Sirva como antecedente para establecer el contexto que ayer, la secretaria general del PSOE de Madrid, Sara Hernández, todavía se refería a la presidenta de la Junta y flamante aspirante a liderar el PSOE como Susana "Díez" en vez de Díaz. Fuera de las fronteras regionales, las realidades políticas a las que acostumbra Andalucía se difuminan. Por lo demás, ha arrancado esta tarde la campaña para hacerse con la secretaría general del PSOE de Susana Díaz tal y como se esperaba, con un acto multitudinario de los que recuerdan a las grandes citas. El aforo del pabellón número uno del Palacio de Ferias (Ifema), unas 9.000 personas según la organización, se quedó pequeño a las primeras de cambio. Esto ha obligado a Díaz a saludar a los militantes simpatizantes reubicados en un pabellón aledaño antes de comenzar el acto. Después de intensos meses de especulación, la presidenta de la Junta ha anunciado, pasadas las 13.00 horas, de manera oficial su decisión de pugnar por la secretaría general del PSOE. "Es para mí un orgullo anunciar mi candidatura a secretaria general de este partido, acompañado de los dos mejores presidentes que ha tenido España en su historia moderno", ha subrayado en alusión a la presencia, en primera fila, de José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González.

Basando su fuerza en un discurso con constantes alusiones a la "unidad" del partido, Díaz ha lanzado un mensaje fundamental, el de recuperar a un PSOE dirigido a "las mayorías sociales". En este sentido, ha insistido en la necesidad de "volver a gobernar a través de la victoria". La líder andaluza, en una intervención marcada por su carácter personalísimo, ha confrontado las políticas socialistas con el gobierno de Mariano Rajoy, asegurando que "España nos necesita y el PSOE está dispuesto a hacerse cargo". "Vamos a gobernar desde la victoria, reconciliándonos desde la mayoría social", ha apostillado. Sobre la inminente lucha con Pedro Sánchez y Patxi López, ha asegurado que "va a ser un proceso de primarias con mayúsculas". Llegados a este punto, ha pedido "respeto" y ha pedido a los asistentes que se "hable bien de todos los compañeros".

Durante ningún momento de su discurso, ha hecho mención alguna al exsecretario del partido Pedro Sánchez, aunque sí ha lanzado críticas veladas que han ido dirigidas hacía él: "Una cosa es pactar y otra es entregar el partido e imitar modelos que no son los nuestros", ha asegurado en clara alusión a la voluntad mostrada por Sánchez de llegar a acuerdos con Podemos. También ha subrayado que "el PSOE no es de Susana Díaz ni de nadie, ni voy a permitir que sea así jamás", ha subrayado.

Sobre la configuración territorial del país, Díaz ha dibujado una "Cataluña dentro de una España federal", a la vez que se ha mostrado muy crítica con el independentismo. "Nadie es mejor que nadie por ser de una tierra o de otra", ha insistido. Con relación a Andalucía, ha pedido ayuda a sus compañeros y ha resaltado que se "siente orgullosa de ser andaluza". "Soy de la casta de los fontaneros y no voy a renunciar a ello", ha finiquitado.