Susana Díaz se arropó ayer bien y exhibió todo el poder del PSOE andaluz ante una menguada delegación de «sanchistas» que acudió al primer día del XIII congreso regional de los socialistas andaluces. Hace tiempo que no coincidían ni se dejaban ver los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que habían borrado toda relación con el partido e incluso dejaron de ser militantes cuando dimitieron de sus escaños por el caso del fraude de los ERE.

Pero ayer era otro día. Manuel Chaves y José Antonio Griñán, acompañados por otras viejas glorias del partido como Alfonso Guerra y José Rodríguez de la Borbolla arrancaron los aplausos de los delegados cuando irrumpieron en el salón del hotel Renacimiento de Sevilla donde se celebró el congreso. Hacía tiempo que no asistían a un acto del partido, pero ayer se reconciliaron con su formación a tenor del largo aplauso con el que les recibieron en el salón de actos.

Los expresidentes socialistas y Guerra se tuvieron que quedar perplejos cuando conocieron la intención de los delegados «sanchistas» en el congreso de presentar una enmienda para que se suprimera el término «de primera» al referirse a Andalucía. En el texto de la ponencia marco se incluía «una Andalucía fuerte y de primera en una España cohesionada y solidaria que avance hacia un modelo federal».

Un texto que no gustaba a los partidarios del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que pidieron retirar esa preponderancia. Esta intención fue valorada por la mayoría del PSOE andaluz como una enmienda en toda regla y una negación del espíritu del 28 de febrero, cuando Andalucía decidió en referéndum no ser una autonomía de vía lenta, sino de autogobierno pleno, como Cataluña y el País Vasco, territorios que ya contaban con estatutos. Una aspiración que se tardó en conseguir (sólo Almería votó en contra) y para la que se tuvo que vencer la resistencia del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez.

De los 481 delegados con derecho a voto, sólo hay 31 leales a Pedro Sánchez, por lo que sus enmiendas no fueron aceptadas.

Pero las quejas de los partidarios del secretario general que hoy visitará Sevilla para clausurar el congreso no terminaron aquí.

Ninguneo a Sánchez

Miembros del PSOE afines al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, criticaron que la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, «ningunea» al líder socialista pues «ni lo mencionó» en su discurso de apertura.

Fuentes de los «sanchistas» explicaron a Europa Press que muestra de ese «ninguneo» al que aluden se refleja en que Susana Díaz, durante su intervención ante el Plenario para dar cuenta del informe de gestión, «ni ha mencionado a Pedro Sánchez», así como que tampoco el programa del cónclave recoge que va a ser él el encargado de cerrarlo hoy domingo.

«No menciona a Pedro Sánchez, lo ningunea e intenta invisibilizarlo», insistieron las mismas fuentes, que lamentaron que la jefa del Ejecutivo andaluz «quiere ganar un congreso haciendo olvidar que ha perdido otro», a cuenta de las primarias socialistas en las que fue derrotada por Pedro Sánchez.

Otro de los gestos que tampoco gustó a los «sanchistas» fue que durante su presentación, el presidente de la Mesa del Congreso, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, saludó a los representantes de la ejecutiva federal como uno más entre el resto de invitados, «incluso bajando la voz» en ese momento.

Por contra, los «sanchistas» aseguran que asisten al congreso andaluz con la intención «de sumar», si bien lamentan que Susana Díaz hable de coser y de unidad pero mientras «desprecia al otro».

En cuanto a los órganos que se conformarán al hilo de este cónclave, entre ellos la ejecutiva y el comité director, estas fuentes explicaron que la ejecutiva la hará la secretaria general del PSOE-A «a su imagen y semejanza», aunque lamentaron que cierre estos órganos a sus afines porque «con esto solo busca que no haya debate».