El consejero andaluz de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, calificó ayer en Málaga de «un parche más» la medida del Gobierno de bajar de 5,5 a 5 puntos la calificación necesaria para obtener una beca universitaria si no aumenta la dotación total para becas. «Quienes van a pagar esas nuevas becas son los propios becarios, que verán reducida su dotación individual», afirmó De Arellano, quien participó en Málaga en un desayuno informativo con motivo del vigésimo aniversario de la publicación «Aula Magna».

Añadió que en España «no hay una política real de ayudas al estudio universitario más allá de parches, como la medida de que los estudiantes becarios que saquen 8 y 9 van a recibir doscientos euros, lo que demuestra una falta de comprensión absoluta de lo que significa ser becario».

El consejero recordó que el Gobierno central «ha dicho también en los últimos tiempos que ha aumentado el número de becarios, lo que es cierto, pero también lo es que tienen un 24 por ciento menos de asignación de becas», por lo que ha animado a «pensar en otro tipo de cuestiones para el reconocimiento de la excelencia».

Respecto a los precios de las matrículas universitarias en España, explicó que «se ha trasladado la idea de que son algo menor, cuando son de los más caros de Europa y en países como Alemania, Austria, países nórdicos o Polonia es gratis». También resaltó que «se han puesto en marcha normativas que han provocado una disparidad de criterios de las comunidades autónomas, de manera que la razón por la que un estudiante andaluz no se va a Barcelona no es porque no sepa catalán, sino porque no puede pagarse la matrícula y porque es más barato estudiar Medicina en Alemania».

En el caso de Andalucía, afirmó que, «aun manteniendo los precios públicos de las matrículas universitarias en el mínimo de la horquilla que establecía el Gobierno, al tener la comunidad un nivel de renta 'per cápita' menor que otras, eso suponía que en realidad seguían siendo caros y estaban por encima de lo que debería ser».