El tranvía de Vélez-Málaga, que en octubre de 2006 se convirtió en el primer tranvía moderno de Andalucía, podría dejar de prestar servicio el próximo 7 de julio si el Ayuntamiento no liquida la deuda de 2 millones de euros que tiene con la empresa concesionaria del transporte, Travelsa.

Es la segunda vez en dos años que esta empresa amenaza al Consistorio con paralizar el servicio si no se le abonan los atrasos y esta ocasión ha anunciado que presentará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para sus veintidós trabajadores el próximo miércoles.

El alcalde de Vélez-Málaga, Francisco Delgado Bonilla (PP), ha asegurado a Efe que el Ayuntamiento no tiene actualmente capacidad económica para saldar la deuda con Travelsa, pero la intención municipal es que el transporte no se paralice, "porque si eso ocurre, ponerlo de nuevo en marcha costaría mucho dinero".

El regidor ha apelado a los compromisos de la Junta con el tranvía, y en concreto, a la promesa que efectuó en enero de 2009 el entonces presidente del Gobierno andaluz, Manuel Chaves, de paliar parte del déficit del transporte de viajeros.

Delgado Bonilla se reunirá mañana con el delegado de la Consejería de Obras Públicas en Málaga, Enrique Benítez, y la representación sindical de Travelsa, y ha señalado que intentará buscar una salida "negociada y pactada" a este conflicto, aunque ha recordado que si finalmente no hay acuerdo, "la responsabilidad será de la Junta".

"Vamos a exigir al Gobierno andaluz que cumpla sus compromisos con Vélez-Málaga y también vamos a comprobar estos días cuál es el valor que tiene la palabra de un presidente de la Junta", ha advertido el alcalde.

El tranvía de Vélez-Málaga conecta el núcleo central del municipio con la localidad costera de Torre del Mar, en un trazado que el vehículo recorre en diecisiete minutos y que cuenta con nueve paradas, incluidas las dos terminales.

El problema de este transporte es que, anualmente, el Ayuntamiento tiene que compensar a la empresa concesionaria del servicio si ésta no alcanza el número de usuarios fijados para garantizar el equilibrio de la explotación, fijado en más de un millón.

Además, el Consistorio tiene que abonar 0,38 céntimos por cada billete, correspondiente a la diferencia entre la tarifa técnica y el precio del billete simple, que está en 0,30 céntimos.

A ello hay que sumar que la segunda fase, que supone ampliar el trazado en 1,2 kilómetros y cuyas obras finalizaron hace más de dos años, sigue sin funcionar, ya que conllevaría ampliar la tarifa técnica de 1,68 euros a 2,50.

El alcalde ha precisado que tampoco hay acuerdo con la administración autonómica para la concesión de un préstamo que permita sufragar parte del coste de las unidades móviles y rebajar así la tarifa técnica.