Del azul pitufo al rosa fresa. Pintar de color las casas de los municipios como reclamo turístico parece estar de moda en Málaga. Primero fue la localidad rondeña de Júzcar quien, con la llegada de estos seres azules, aprovechó el tirón turístico que le otorgó ser declarado como el primer pueblo pitufo a raíz de convertirse en el escenario para la promoción mundial de esta película. Ahora es Moclinejo quien puede apuntarse a esta moda y decorar sus fachadas de color rosa para convertirse en el primer pueblo gay del mundo.

Aunque la cosa va más allá de un nuevo color en las casas del municipio y ha generado ya polémica. La actuación clave, de llevarse a cabo, es la construcción de 600 apartamentos para el colectivo gay, lo que supondría duplicar el número de viviendas que existen en la localidad, que cuenta con alrededor de 1.200 habitantes. Esta es la propuesta que ha realizado al Ayuntamiento el organizador de la Feria Internacional Expogays, Javier Checa.

El proyecto cuenta con el visto bueno inicial de la corporación municipal, que también la someterá a referéndum, y ha provocado numerosas reacciones.

Como principales interesados, los vecinos no han tardado en opinar sobre el tema y, en general, se manifiestan a favor de convertirse en pueblo gay, aunque no tienen tan claro que sea positivo pintar de rosa todas las fachadas. Uno de los que dudan es Daniel Alcaide, quien afirma que el cambio de color rompería la imagen de pueblo blanco axárquico. Por el contrario, otra vecina, Lucía Ruíz, asegura que la transformación vendría bien al municipio.

Otros vecinos como Francisco Fernández creen que el reclamo de pueblo gay atraería a más turistas, mientras que José Luis Novais apunta que el sector de la construcción se vería beneficiado y se crearía empleo.

Por su parte, el portavoz del PP en la Diputación, Francisco Salado, mostró ayer su «respeto» por las iniciativas impulsadas desde la autonomía local que pretendan «dinamizar el municipios y ponerlo en valor», para lo que, según añadió «hay que tener mucha imaginación». Asimismo, destacó el hecho de que la medida no se vaya a aprobar unilateralmente, sino «de forma democrática» pues, a su juicio, es «bueno» que la ciudadanía «se implique en las decisiones de sus municipios».

Respecto a la construcción de las viviendas y la posibilidad de que atraiga a más turistas y, por tanto, suponga una mejora económica para el pueblo, el portavoz del PP aseguró que lo ve «complicado» ya que, en su opinión la idea de los turistas sobre el atractivo de una localidad «no va a cambiar en función de la orientación sexual de sus habitantes». No obstante, al no estar enterado de la noticia, prefirió ser cauto y subrayó que «es el alcalde quien tiene la propuesta sobre la mesa y quien debe estudiarla».

Rechazo del colectivo

El más crítico con el proyecto es precisamente el presidente de la Asociación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (Colega), Salvador Rubio, que se mostró indignado ante lo que considera a todas luces una medida «discriminatoria» y de «diferenciación» entre municipios, fruto de objetivos «puramente políticos y económicos».

«Cada uno puede hacer lo que quiera, pero desde luego esto no fomenta el igualitarismo, sino que crea guetos». «Nosotros no queremos crear guetos, sino que luchamos por la libertad de las personas, para que éstas puedan decidir libremente dónde quieren vivir» , señaló Rubio, quien insistió en que «las libertades no son exclusivamente de un pueblo».

Las opiniones de los vecinos

Elvira Melgares

«No me importa en absoluto que sea pueblo gay y que haya viviendas para parejas homosexuales. Lo de pintar las casas de color rosa, ya lo veo a gusto de cada uno»

José Luis Novais

«Es un tema que me da igual, no se si será positivo o no para el pueblo. Quizá vendrá mejor para la construcción, si como dicen van a hacer más viviendas»

Lucía Ruiz

«Pienso que cambiaría el pueblo para mejor y traería a más gente. No me parecería mal pintar las casas del pueblo de rosa, si así lo deciden desde el Ayuntamiento»

Francisco Fernández

«Nos visitarían muchos turistas, y eso es beneficioso para el pueblo. También veo bien los de viviendas para gays, ya que también tienen derecho»

Daniel Alcaide

«Me parece correcto, mejoraría los servicios que se ofrecen para el turismo. Lo de pintar el pueblo de rosa no lo veo tan bien, rompería la imagen de pueblo blanco»

María del Mar Carrillo

«Moclinejo es muy tolerante y ser un municipio gay le daría mucha más vida. No me importa lo del rosa, de hecho mi casa está pintada de este color»