Un turista de nacionalidad portuguesa pero natural de Cabo Verde, de 37 años de edad, murió ayer en Nerja después de lanzarse de cabeza al mar en una zona de fondos rocosos y sin apenas profundidad. El hombre falleció prácticamente en el acto, en presencia de dos hermanos, tras precipitarse desde una roca elevada sobre una de las calas urbanas de acceso prohibido desde hace una década –incluso tuvo que saltar previamente un muro que, mediante señalización, impide el paso a cualquier persona–.

«Inconscientemente se ha matado. Han sido imprudentes por meterse en el paseo de los Carabineros estando cerrado al paso y todavía lo han sido más al intentar saltar al mar desde cinco o seis metros de altura», relataba uno de los agentes que acudió a socorrer a uno de los hermanos de la víctima, herido en un pie aunque sin fracturas después de una primera exploración.

Los vecinos indicaban ayer que en los últimos días habían sido vistos estos hermanos «tomando el sol encima de las rocas y pasando el día entero en la playa y hasta de noche, como si fuesen indigentes». Luis Jiménez, hostelero de la calle Carabeo, indicó que unos ingleses dieron la voz de alarma poco después de la una y media. Para entonces la Policía Local ya había recibido el aviso, acerca de que cuatro amigos de origen caboverdiano habían sufrido un accidente en las cercanías de la cala de Carabeíllo, entre el entorno del Parador de Turismo y el Balcón de Europa.

Apelan a la «responsabilidad». Tras conocerse el fatal desenlace de este suceso, efectivos locales de la Guardia Civil subrayaron que es importante no cometer imprudencias de este tipo cuando se visita un lugar del litoral con acantilados: «Cada uno debe ser consciente de su responsabilidad si se adentra en una zona prohibida».