Grietas en las fachadas, problemas de humedades en las paredes o el levantamiento de la solería del patio comunitario. Éstos son algunos de los problemas que sufren los cerca de 65 vecinos que viven en la urbanización Vistas del Golf de Añoreta, ubicada en Rincón de la Victoria, que llevan ya varios años denunciando esta situación.

La comunidad de propietarios se queja de todos estos desperfectos de unas viviendas que fueron construidas hace ya cuatro años por la promotora Armilar-Procam y Advenis. Éstas se ubican sobre una parcela situada en el núcleo de Torre de Benagalbón, junto a la carretera que comunica con el pueblo de Macharaviaya.

Así, los vecinos llevan exigiendo durante todo este tiempo que se dé una solución a estos daños materiales, que se han cifrado en torno a los 115.000 euros, por lo que están pendientes de que se dé una respuesta judicial en torno a este conflicto.

Armando Esteller, residente y anterior presidente de la comunidad durante la etapa que se llevaron estas denuncias, destacó que «los principales problemas son los desperfectos que se han producido en el período de garantía, todavía vigente, sobre todo en la impermeabilización y en infraestructuras».

«Intentaban que se pasaran los tres años de garantía, con buenas palabras, pero ya se le puso la demanda correspondiente, y la constructora ha reconocido parte de los daños» aseguró Esteller. «Además, sus oficinas desaparecieron de Málaga y hemos tardado casi año y medio en ponernos en contacto con ellos».

Empezando por el parking, los vecinos tienen problemas de goteras que además están afectando a la solería del patio interior cuando llueve. «Y esto se produce desde el primer año que estamos viviendo aquí», por lo que el agua se filtra a la planta baja. Esto es consecuencia de que la tela asfáltica tiene poca pendiente, por lo que se queda estancado el líquido, explican los vecinos.

También se producen filtraciones por los pilares y humedades en algunas de las fachadas y que se dejan ver por los pasillos que comunican con las distintas puertas de acceso a las viviendas. También se localizan en un muro de contención situado junto a la piscina, que han tenido que pintar en varias ocasiones.

La pintura en la mayoría de las barandillas además se encuentra muy deteriorada «y no por la falta de mantenimiento», sino por la calidad del material usado, haciendo necesario el lijado de elementos metálicos para su posterior tratamiento.

Mónica López, otra de las vecinas del conjunto, apunta que muchas veces los problemas se trasladan incluso al interior de las casas. López señala que las tuberías de los bajantes son demasiado estrechas, por lo que se atoran con facilidad. Pero el problema no se queda ahí, señalan.

«Las arquetas para realizar los desatoros no se encuentran fuera de las viviendas, sino en el interior de éstas y hay que romper el suelo de una de las habitaciones. En el exterior no han situado ninguna arqueta, por lo que cada vez que hay un atoro hay que realizar esa operación», resaltó López. Desde este periódico se ha intentado contactar con la constructora para reflejar su versión, sin resultado alguno.