La jornada del pasado domingo en Vélez Málaga volvió a ser trágica en lo que se refiere a la aviación. Una avioneta con dos ocupantes a bordo cayó cerca de un invernadero del municipio, provocando la muerte de ambos minutos después de despegar del aeródromo Leoní Benabú de El Trapiche. Sin embargo, no es el único incidente que se ha registrado en estos últimos diez años.

El anterior accidente con víctimas mortales ocurrido en dicho aeródromo sucedió en el año 2003, cuando cuatro personas procedentes de Vitoria murieron tras estrellarse la avioneta que pilotaba una de ellas pocos minutos después de despegar, ocasionado por un fallo en el motor. El avión pertenecía a la escuela de pilotos profesionales Aerotec.

Cinco años más tarde de aquel suceso, volvieron a registrarse sendos accidentes que, afortunadamente, no acabaron con semejante y trágico final. En julio del 2003, dos personas cayeron con la avioneta donde volaban al perder una hélice, pero sin sufrir heridas.

Posteriormente, en noviembre, tres personas tuvieron problemas con el aterrizaje en la zona debido al viento, estrellándose cerca de las pistas. Soló uno de ellos resultó herido leve.

Tanto en el último caso como el que aconteció anteayer, los problemas meteorológicos le jugaron una mala pasada a la aeronave. Y es que una de las peculiaridades que presenta el aeródromo de la Axarquía es su ubicación geográfica, rodeada de picos montañosos en los laterales de la pistas. «Esto hace que el despegue y el aterrizaje sea algo más incómodo cuando hay fuerte viento», indicó el vicepresidente del Real Aeroclub de Málaga, Carlos Sedano.

Y es que la ventiscas son más discontinuas debido a la orografía del terreno, las cuales hay que tener muy en cuenta a la hora de pilotar una avioneta: «No es algo que pasa en otros sitios, como por ejemplo en el de Ciudad Real, que es un territorio más llano».

En el caso de la Tecnam de motor de 100 caballos que sobrevoló la zona, «no era un día muy apropiado para hacerlo, algo en lo que coincidimos varios pilotos que estuvimos allí, a pesar de contar con un techo mínimo de nubes y con las condiciones de visibilidad requeridas».

La avioneta de la empresa One Air solicitó el plan de vuelo a la torre de control de Málaga y éste fue autorizado, un trámite que se debe realizar antes de cada vuelo. Las causas del siniestro, que están siendo investigadas tanto por Policía Nacional como por Aviación Civil, aún no están determinadas «y puede tardar semanas, aunque todo parece indicar que fue por el fuerte viento». De hecho, no se recibió ningún aviso de fallos técnicos desde la aeronave durante su trayecto por el municipio, por lo que en principo se descartaría esta posibilidad.

El aeródromo Leoní Benabú de El Trapiche se creó en el año 1995, adonde se trasladó el Real Aeroclub de Málaga, que fue fundado en 1931 y que operaba en la capital; contando además con una escuela para la formación de pilotos que dispone de unas cuatro avionetas, impartiendo clases a una media de 10 alumnos.

Sin embargo, también cuentan con empresas externas que mantienen en el hangar sus avionetas, y que bien pagan por operación (aterrizaje y despegue) o bien abonan un canon anual por mantenerse en el aeródromo. Actualmente, hay unas diez compañías con cerca de quince avionetas, «aunque hemos contado incluso con un total de quince empresas otros años», según explicó Sedano.

En el caso de One Air, que llevaba cerca de un año operando en la zona, se trata de una escuela que se dedica a impartir cursos de piloto privado y comercial, y oferta alquiler de horas de vuelo o viajes lúdicos para aquellas personas interesadas en ver las vistas desde las alturas. En el aeródromo también trabajan empresas encargadas de realizar fotografías aéreas, avionetas que portan carteles publicitarios y otras encargadas de fumigar los campos.