Era un deseo llamado tranvía, con el fin de mejorar el transporte municipal. Sin embargo, la aventura del primer tranvía de Andalucía ha durado apenas algo más de cinco años y medio desde su implantación, ya que el Ayuntamiento de Vélez Málaga va a guardarlo en las cocheras. Y es que año tras año el mantenimiento de este servicio no ha traído más que quebraderos de cabeza al Consistorio.

¿Qué razones son las que obligan a la suspensión temporal del servicio? Principalmente las causas económicas, sobre todo motivadas ante la escasa demanda que ha tenido este medio, a los que se suman otros factores que han hecho que prácticamente sea inviable que las unidades recorran las vías que surcan el término municipal.

El sueño comenzó a hacerse realidad el 11 de octubre de 2006. Vélez Málaga inauguraba de forma oficial el tranvía. Tras más de 33 millones de euros en inversión para realizar el trazado €que discurre en su mayor parte por la avenida Juan Carlos I y Vivar Téllez€ dos unidades móviles €a las que se añadiría una tercera€ empezaban sus primeros viajes. La puesta en marcha supondría cerca de 8 millones de euros más.

La Junta de Andalucía había hecho una importante apuesta económica para su implantación pero el mantenimiento lo dejaba en manos del Ayuntamiento. Éste firmó el convenio con Travelsa (empresa formada entonces por Alsa y Sando), que asumiría la explotación del transporte municipal. Aquí vendría una de las primeras losas: la previsión de viajeros.

Según el escrito, la cifra de estimación de usuarios se situaba en 1,2 millones, sumando además los que recogen los autobuses municipales que llegan a otros núcleos, como Caleta o Almayate. Según los estudios previos al proyecto, se calculaba que se podría alcanzar e incluso superar este número. Pero nada más lejos de la realidad.

En 2007 se contabilizaron 922.135 usuarios, es decir casi 200.000 menos de la previsión. En las anualidades posteriores se reflejaría la tendencia a la baja: 782.126 en 2008, 701.599 en 2009 y 701.064 en 2010. El pasado ejercicio fue el balance más bajo, 676.000 pasajeros.

¿Y esto que supone? Según el contrato con la empresa, el Consistorio debe asumir esa diferencia en caso de no alcanzar la cifra marcada en el convenio, por lo que estos últimos cinco años se han saldado con déficit, que de hecho en 2011 se cifró en casi un millón de euros.

Otro aspecto importante es la tarifa real y la tarifa técnica. La primera es la que paga el ciudadano en el billete, 1,30 euros. La segunda es la que establece el Consistorio para sufragar parte del mantenimiento del servicio y que en un principio, se estableció en 1,42 euros el primer año. Uno de los problemas es que el Ayuntamiento debe pagar la diferencia entre ambas tarifas por viajero, una losa que cada año ha ido gravando aún más los costes de explotación.

Por si fuera poco, a finales de 2009, debido a la disminución de ingresos, se aprobó un incremento de la tarifa técnica a petición de la empresa, pasando de 1,42 a 1,68 euros. Tarifa que el pasado año, se volvió a subir, a 1,82 euros.

La puesta en marcha de la segunda fase, según las estimaciones, la podría elevar hasta casi los 2,70 euros, sobre todo por los elevados costes que supondría cubrir los cerca de seis kilómetros del trazado. Una cantidad que el Ayuntamiento no podría asumir.

Tampoco ha ayudado el hecho de que otras empresas de autobuses, incluida la propia Alsa €que forma parte de la concesionaria€ hayan recogido viajeros para desplazarse por el municipio, quitándoselos al tranvía, lo que ha mermado la cifra de pasajeros del balance de Travelsa en casi 200.000 billetes anuales menos.

Además, los accidentes han sido constantes en la historia del tranvía, minando aún más la confianza en el sistema. Uno de los más aparatosos tuvo lugar hace exactamente tres años, cerca del parque Jurado Lorca, por un fallo en el sistema de frenado que le hizo chocar con varios vehículos estacionados. Y el verano pasado, un camión-pluma arrastró parte del cableado de las catenarias, provocando destrozos en el trazado de la segunda fase y que no han sido arreglados de momento.

En este periodo, las negociaciones entre la empresa y el Consistorio veleño no han sido tan fructíferas como se esperaban. Y ello quedó muy claro tras recepcionarse las obras de la segunda fase del tranvía en abril de 2009, unas vías que aún no se han estrenado. Travelsa ha condicionado su puesta en marcha al pago de la deuda acumulada, llegando incluso a amenazar con dejar de prestar el servicio y plantear un ERE a la plantilla, como medida de presión.

Los encuentros con la Junta de Andalucía tampoco han ayudado a solventar el problema. A pesar de que el anterior presidente autonómico, Manuel Chaves, prometió en el año 2009 una ayuda económica para solventar parte del déficit del tranvía, se quedó en eso, en promesa. Antes las reiteradas peticiones del Consistorio, la Consejería de Presidencia se ha limitado a comunicar que ya habían asumido el coste de las infraestructuras y que el mantenimiento era competencia municipal.

Todo ello unido, a lo largo de este lustro, ha obligado finalmente al Ayuntamiento de Vélez a suspender de forma temporal el tranvía, una medida que espera hacerse efectiva a partir del 4 de junio y que hace que el tranvía se quede en vía muerta.