«Llevo un año que soy otra. He dejado de sufrir». Mónica subraya que el alcoholismo es una «enfermedad» y que mientras no se trate de una forma seria, el enfermo seguirá dentro de su particular calvario. «Aquí, cuando llega alguien por primera vez, es vital que admita que somos personas impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se han vuelto ingobernables. A partir de ahí, con diálogo con otras personas que tienen el mismo problema, se puede empezar a ver la luz del final del túnel». Es uno de los muchos testimonios que recogemos en plena celebración del primer cuarto de siglo de la agrupación nerjeña Balcón de Europa, perteneciente a la comunidad internacional de Alcohólicos Anónimos. Desde mediados de los años ochenta calculan que un millar de personas ha recibido ayuda a través de la primera de las asociaciones constituidas en la Axarquía para aunar esfuerzos entre quienes están dispuestos a «alejarse de la bebida».

Antonio lleva ocho años dentro de la asociación como miembro activo a la hora de divulgarla y de hacer llegar sus objetivos a quienes puedan necesitar ayuda. Sus palabras son esclarecedoras acerca del cambio de vida que ha podido experimentar: «El peor día desde que estoy en este grupo Balcón de Europa, esforzándome por curarme, no lo cambio de ninguna manera por el mejor día de los 30 años que antes pasé bebiendo».

Todos los martes y jueves, de 20 a 22 horas, así como los sábados, de 18 a 20 horas, se reúnen en una sala municipal cedida en los bajos del centro Giner de los Ríos, frente al Centro de Mayores de Nerja situado en calle Diputación. Y además ofrecen dos teléfonos, como vía de contacto para la veintena de agrupaciones que existen en Málaga: 616010112 y 952218211. «Es importante que mujeres y jóvenes pierdan el miedo a reconocer que sufren esta enfermedad y que necesitan cambiar de vida», apunta Pepe, otro integrantes de la agrupación nerjeña.

«Cada vez entra gente más joven, incluso que tienen menos de 30 años, y también mujeres. Y sin embargo, todavía son minoría por la vergüenza a reconocer lo que les pasa. Al principio uno cree que los que vienen hasta aquí son borrachos que se pasan el día en la calle, pasándolo muy mal. Pero aquí nos encontramos a personas de todas las personas y de toda condición social. En Alcohólicos Anónimos ha entrado hasta algún presidente de gobierno extranjero», señala el propio Pepe.

Otros tres grupos axárquicos

Relatan que existen otros tres colectivos de la misma asociación matriz en la comarca de la Axarquía: Vélez Málaga, Los Llanos-El Morche y Colmenar. «A veces intercambiamos nuestras opiniones, pero en general mantenemos nuestra independencia. Esta asociación es bastante libre, en el sentido de que no llevamos un control de los socios.

No se cobra ninguna cuota, ni se vigila a quien se acerca hasta nosotros. Todo está basado en hablar, porque cuando en 1935 nació Alcohólicos Anónimos en Nueva York, sus fundadores sólo pretendían extender sus propias vivencias: «Habían visto que reuniéndose para hablar sobre su adicción, dejaban de beber y lograban sentirse mejor», relata Antonio.

El reto más importante que deben cumplir, no obstante, es el de poder «llevar el mensaje al alcohólico que aún está sufriendo». Y es lo que, con jornadas de puertas abiertas como la de esta semana, han hecho. Hasta la OMS reconoce que lo más difícil es «admitir que se está enfermo». Es el primero de los pasos. El siguiente, acercarse a quienes antes ya lo admitieron.