Ángel Pérez es catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga. Ayer impartió la conferencia Educarse en la era digital, dentro del curso «Innovación y Educación de calidad. Metodologías y recursos para la enseñanza del siglo XXI», en Vélez Málaga.

¿Qué beneficios supone para los escolares el acceso a las nuevas tecnologías y cómo puede mejorar su educación?

La escuela que tenemos, que parte de la que había en el siglo XIX, ha cumplido una función muy importante pero hoy día es obsoleta y está desbordada; ya que se definió en su momento para las necesidades de una sociedad industrial, de cadenas de montaje y muy mecánica. Pero ante el mundo actual, al que se enfrentan las nuevas generaciones, es distinto. Es una época de cambios, incertidumbre, creatividad y de innovación permanente. Los trabajos a los que se enfrentarán cada vez serán más creativos y requerirán de mucha formación, pero no de reproducción de datos y rutinas. Necesitamos una escuela nueva, que desarrolle cualidades humanas. No sirve para nada que el niño aprenda a reproducir datos, información y hechos, sino que aprenda a usar el conocimiento para plantear nuevos problemas, resolverlos y abrirse nuevos campos.

¿Por qué no funciona ya ese modelo tradicional?

Porque aprender nombres, datos, fechas o fórmulas mecánicas es el eslabón inferior del conocimiento. Eso hay que dejarlo a las nuevas tecnologías, porque cada individuo lo puede tener sólo con un golpe de ratón. Aparte es inabarcable, no permite toda esa acumulación por parte del cerebro humano. Las nuevas tecnologías son perfectas para complementar el desarrollo del ser humano, y debemos privilegiar lo que estas tecnologías no pueden hacer: esquemas mentales, capacidad para pensar e inventar... y que cada niño vaya construyendo su proyecto vital, lo que le apasiona; tanto en el ámbito personal, como social y profesional. Ya no vale una enseñanza que sea como una talla única, en la que todos estudian la misma geografía, física o matemáticas.

¿Y cómo afectan los recortes en educación del Gobierno a esa nueva educación del siglo XXI?

Es lo más contraproducente para la educación del siglo XXI, ya que requiere de una concepción del profesor como tutor, que se responsabilice del desarrollo de cada uno de los niños. Si ahora lo que ponemos son más horas y alumnos al profesor, no le queda más remedio que utilizar la metodología de la transmisión. Explico una lección y da igual si es para cinco o para doscientos. Su responsabilidad es provocar el aprendizaje y orientarlo, y para ello requiere conocer a cada niño. Por eso debemos reducir la ratio. Lo que dijo el ministro de Educación, Ignacio Wert, de que no influye, es falso.

¿Y qué suponen estos ajustes para el profesorado?

La figura del profesor es insustituible, ya que puede ver como los niños superan sus debilidades y se apoyan en sus fortalezas. Y ello requiere su tutorización. Los recortes en materia de educación suponen una vuelta al siglo XIX. Veo inexplicable que nos rebajen el sueldo a los docentes. Pero ello no es tan grave como aplicar el aumento de los horarios y la ratio.