La época de la vendimia tiene en Moclinejo un rincón peculiar, donde se produce un exquisito vino y donde se cosechan algunas de las mejores uvas de la provincia malagueña.

Y como viene siendo habitual cada mes de septiembre para honrar a esta labor milenaria, la localidad celebró un año más la Fiesta de los Viñeros, que en esta ocasión cumplió su duodécima edición. Alrededor de 6.000 personas no faltaron a la jornada festiva.

Precisamente uno de los espectáculos más singulares y llamativos del evento fue la exhibición de la tradicional pisa del vino, que el público pudo contemplar en el Mirador del Sur.

Un método que se encuentra muy alejado de los procesos automáticos que se utilizan actualmente para la elaboración de estas bebidas y que también pudieron realizar algunos de los asistentes al evento; en el que los pies sirven para extraer todo el jugo a estos pequeños frutos.

Mediante este proceso, a medida que se van colocando en el depósito los racimos de uvas se van pisando poco a poco, para conseguir aprovechar todo el líquido. Después, el mosto que se va extrayendo se filtra a través de un pequeño conducto, que es depositado en la barrica.

«Este era la forma antigua de preparar el vino, ahora todo está mucho más automatizado a través de la prensa; lo que también hace que sea un proceso mucho más limpio e higiénico», apunta el alcalde de Moclinejo, Antonio Muñoz; quien precisamente es muy conocedor de este trabajo al contar con una bodega familiar en el pueblo que goza de gran prestigio, Midobe.

«Con esta fiesta también se pretende mostrar a los visitantes todo lo que es la cultura relacionada con la uva, donde se incluye la tradicional pisa, que es un aspecto muy vistoso», comentaba Muñoz. De hecho, muchos vecinos y turistas se arremolinaban en torno a la recreación; contemplando un trabajo ya casi olvidado para muchos. «Es una muestra también del trabajo manual que se hace, como puede ser la recogida de las uvas, que se mantiene igual desde hace años», señalaba Paqui Bellido, vecina del pueblo moclinejense.

Y es que los viñedos repartidos por la zona precisan de una recogida exenta de la maquinaria y tractores, debido a la inclinación de los terrenos donde se asientan las plantas.

Otra de los peculiaridades más resaltables que se pudieron disfrutar por las calles del municipio fueron las chozas repartidas por distintos puntos, como las que se acostumbraban a ver en el campo, y donde se podía degustar la uva y el delicioso vino moscatel de la tierra.

Además, durante el día se pudo realizar un recorrido oficial por el pueblo en el que se incluía la visita a la bodega-museo Antonio Muñoz Cabrera Midobe, que fue fundada en el año 1927 y que es productora de algunos de los mejores vinos de la tierra; o el museo de artes populares, así como disfrutar de diversas actuaciones de verdiales por las empinadas y estrechas calles del pueblo así como en la plaza de España.

Durante el mediodía, tras el pregón que pronunció el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se entregaron los premios Moscatel. Este año dichos galardones correspondieron al pintor José Azaustre, al cocinero de Cómetelo, Enrique Sánchez, a la Organización Nacional de Ciegos Española y al entrenador de baloncesto Javier Imbroda, entre otros. Asimismo, se premiaron las fachadas mejores engalanadas y adornadas en el municipio para la ocasión.