El interior de la Axarquía es cuna del arte de los verdiales en su variedad de los Montes, unas muestras artísticas de origen rural, que se caracterizan por el peculiar cante y baile similar a un fandango y el colorido de las cintas que acompañan a las guitarras, los sombreros de flores, los platillos y otros elementos musicales.

Una buena muestra de esta expresión folclórica se vivió ayer en el pequeño núcleo de Benagalbón, en Rincón de la Victoria, que acogió la celebración del XIX Concurso Tradicional de Verdiales; un evento que congregó a cerca de 10.000 visitantes que no quisieron perderse ninguna de las actuaciones.

Sin lugar a dudas, lo que caracteriza a este festejo es el principal escenario que acogen estas actuaciones: las calles del pueblo. Por ellas van desfilando las distintas pandas, parándose en algunos de los puntos del recorrido para realizar los bailes, y así como para protagonizar algunos choques entre las distintas agrupaciones musicales.

Y para contribuir a dar una mayor vistosidad, los vecinos del pueblo se afanaron para engalanar las plazas y las calles, colocando diversos macetones de plantas y coloridas flores en distintos rincones, así como los antiguos chozados, con las adelfas, cañizos y palmeras.

En lo que se refiere al concurso, participaron un total de doce pandas que interpretaron la fiesta Montes de Málaga, aunque se incorporaron como invitadas pandas de Almogía y Comares, contando de esa forma con representación de todas las modalidades. La plaza de las Flores fue el lugar de la entrega de galardones a las mejores interpretaciones de la jornada festiva y en la plaza de la Iglesia se habilitó un escenario para contemplar algunas de las interpretaciones musicales.

«Los verdiales, además de la música, llama la atención por la vestimenta y el colorido. Es todo un espectáculo y yo siempre que puedo vengo a Benagalbón para verlos», señalaba Laura Padilla, vecina del municipio que se acercó a Benagalbón para contemplar el baile. «Los verdiales son muy tradicionales en esta zona. Hay que verlos actuando en la calle, no es lo mismo que estén en un teatro o en un escenario. Así es mucho más vivo y más cercano, que es como se hacía antiguamente», resaltaba María José Escaño.

Un evento que rememora el ambiente y algunos de los hábitos que se habían olvidado en el tiempo, como era por ejemplo el choque de pandas, en el que el concurso de verdiales de Benagalbón ofrece una muestra exclusiva dentro de la provincia, cuando dos de estas agrupaciones se encuentran en algún punto del recorrido. No en vano se trabaja para que esta representación artística pueda ser declarada Bien de Interés Cultural.

Una de las novedades que se pudo contemplar en esta edición consistió en lo que se denomina en la tradición verdialera como el ´levantamiento de copla´ que se trata de un cante que se efectúa de forma improvisada en la lucha de banderas; para lo cual se creó una nueva categoría que tuvo cabida dentro de los premios del concurso.