No corren buenos tiempos para los pescadores, un sector en el que el gran esfuerzo que realizan al lanzarse a la mar se ve muy poco compensado económicamente. Y más ahora con la imposición hace más de dos meses a través de una normativa europea que obliga a usar unas nuevas redes para la pesca de arrastre que prácticamente hacen que las capturas sean mínimas, según lamentan los armadores.

Todo ello se debe a que las mallas que tienen que lanzar al agua los pescadores deben tener un grosor en sus hilos de 3 milímetros, frente a las de 5 milímetros que habían estado utilizando hasta el momento. Un torzal que, según señalan, apenas recoge pescado, y a través del cual se escapan la gran mayoría de las especies.

«Hay especies como el calamarito o el chopito, que se están perdiendo, ya que con estas redes no se pueden capturar», según el patrón mayor de la cofradía de Caleta de Vélez, José Luis Guerrero, que cifró un descenso de más del 60% en las ventas con respecto a 2011. Precisamente en el puerto situado en la capital axárquica es donde más volumen se captura en la provincia, con un total de 40 embarcaciones dedicada a este arte.

«Hay días que estamos ganando en torno a 900 euros, con lo que apenas se cubren gastos teniendo en cuenta que nada más salir a la mar una embarcación puede consumir unos 600 euros», comentaba Sebastián Avila, armador de Ángel y Antonio. «En una semana puedes ganar entre 80 y 100 euros, prácticamente nada y hay especies como el camarón que se pierden».

Unas redes impuestas que debido al reducido tamaño del torzal parten por la mitad a algunos de los peces durante las tareas. Otros no pueden ser capturados. «La merluza de aquí el tamaño mínimo para cogerla es de 20 centímetros, y las de 27 ya se escapan. Son una redes que obligan a usar en todos los puertos, pero no tienen en cuenta el tamaño de las especies de cada mar», resaltaba Ávila. «Es como si para tomar una sopa, nos quitan la cuchara y nos dan un tenedor».

También estas redes son un problema para Manuel Pendón, armador de la Bien Pagá 1 en Caleta de Vélez. «No tienen en cuenta que las tallas mediterráneas son distintas a las que hay en el Atlántico». «Prácticamente lo que están haciendo es condenar a la pesca de aquí a que desaparezca, después de que se acabarán las subvenciones europeas, que eran hasta el año 2013; nos encontramos con esto». Las sanciones por no cumplir con estas medidas son bastante elevadas a juicio de los pescadores, ya que las multas económicas pueden oscilar entre los 300 y los 60.000 euros.