La batalla energética que se vive actualmente en los países industrializados parece que ha podido cobrarse una primera víctima en Andalucía: el biodiésel. Así lo aseguran las tres responsables de la empresa malagueña Lisbona Oil, la única que durante estos últimos cinco años ha distribuido desde Manilva hasta Nerja biocombustible, con unos precios sensiblemente inferiores a los del gasoil derivado del petróleo.

Con sede en Vélez Málaga y alrededor de medio siglo de experiencia en el sector del combustible, Lisbona Oil apostó por buscar fuentes alternativas, por principios meramente «ecológicos» y de cuidado del entorno medioambiental. «Pero desde enero la Junta de Andalucía ha empezado a aplicar una nueva tasa a la cuota biológica del combustible, de una forma indiscriminada y sin opciones de poder volver a cobrar el litro al precio fijado hasta ahora, unos cinco céntimos de euro más barato. Qué ocurre, pues que las plantas productoras se han cerrado y ya ni siquiera hay recogida domiciliaria de aceite usado», asegura Chelo Lisbona, portavoz de la empresa.

Rafael Yus, actual coordinador provincial de Ecologistas en Acción, pone el acento a este aspecto y plantea una solución para la componente ecológica que estaba inmersa en esa producción industrial: «Habrá que buscar nuevas alternativas, porque ese aceite aún puede recogerse, y debe recogerse, para fabricar otros productos». No obstante, para este colectivo, existían otras ventajas en el combustible biológico: «Lo preferíamos porque generaba menos dependencia energética del exterior y contaminaba menos. E incluso se minimizaba la posibilidad de que hubiese un accidente ecológico derivado del transporte, como ha ocurrido muchas veces en nuestra tierra».

Esa fuente energética local, sin embargo, ha derivado «en determinadas actividades mucho menos sostenibles». Yus explica que la generalización del consumo de biodiésel, que incluso estaba bonificado por las administraciones y ahora ha dejado de estarlo, ha fomentado el uso de transgénicos en países en desarrollo. «Pero es que además en Argentina o Indonesia para generar más cantidad, al no ser cultivos para el consumo humano, se ha intensificado el suministro de pesticidas y productos contaminantes por parte de grandes multinacionales».

El efecto ha sido drástico hasta para la agricultura de algunos territorios, como sostiene el portavoz de Ecologistas en Acción: «Se ha desarticulado hasta el modo de vida en diversas áreas. Mandan las reglas del mercado, contra las que no estamos de acuerdo, pero a las que estamos sometidos», agrega.

La actual falta de suministro

La Junta de Andalucía reconoce la dificultad que entraña mantener al sector con la fortaleza de hace pocos años. No se puede subvencionar, en plena crisis económica, un producto que entra en Europa a un «menor coste». Las directivas europeas son claras al respecto. Y mientras tanto, diez plantas de biodiésel y otras tres más de otros biocarburantes, todas con acento andaluz, viven una pesadilla. La Agencia Andaluza de la Energía lo asume y trata de dar respuestas.

Lisbona Oil, por su parte, volverá a reconvertir a su plantilla y a recurrir a los combustibles tradicionales, «más contaminantes». Chelo Lisbona explica que el cierre masivo es hoy por hoy una realidad incuestionable: «Para seguir tendríamos que costear el transporte desde Huelva o Cartagena, algo inviable». Y paradójicamente, desde 2007 hay en Andalucía «una normativa que obliga al transporte público, en las ciudades, a emplear biodiésel en vez de derivados del petróleo».

Las clavesHasta 13 instalaciones capaces de producir biodiésel andaluz

Andalucía dispone de 13 plantas de biocarburantes, de las que diez son de biodiésel. La Junta indica que dos plantas se localizan en Níjar y Cuevas de Almanzora, en la provincia de Almería; dos en Palos de la Frontera (Huelva); dos en Linares y Andújar (Jaén); dos en la provincia de Sevilla (Fuentes de Andalucía y Sevilla); una en Cañete las Torres (Córdoba); otra en San Roque (Cádiz); y que Vélez Málaga alberga la única existente en toda la provincia de Málaga. Una nueva tasa casi las ha paralizado a todas.

Andalucía ha llegado a generar 963 kilotoneladas anuales

La Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo informa de que hasta 2012 las plantas productivas andaluzas han tenido una capacidad de producción de 963 kilotoneladas anuales. Y que durante el pasado año se presentaron hasta cinco nuevos proyectos para «reimpulsar» aún más al sector en una comunidad autónoma «que es líder en España».