Más de un millar de personas se concentraron ayer en Vélez Málaga, minutos antes de las doce del mediodía, y a pesar de la lluvia, con el objetivo común de despedir al realizador y cámara de televisión Francisco Gómez. Paco Rompe, como era conocido, falleció este pasado miércoles, a los 46 años de edad, tras 17 días de lucha contra «un derrame cerebral que le produjo daños irreversibles».

Familiares y allegados expresaron su agradecimiento por tantas muestras de apoyo, porque de hecho la iglesia de San José se quedó «pequeña» ante «un hombre que había sido tan grande». Entre múltiples iniciativas solidarias, quien fuese presidente de la asociación vecinal Los Olivos de San José se encargó el pasado verano de poner en marcha su particular «cine anticrisis», en el parque Ecce Homo, al aire libre, sin coste alguno para las familias y hasta reparto gratuito de palomitas, con ayuda de varios patrocinadores.

Gómez era único. Ayer, la ceremonia litúrgica fue varias veces interrumpida por el aplauso espontáneo de quienes le rindieron homenaje con su presencia. Hasta el párroco pidió al finalizar la misa una última ovación, que desató las lágrimas de la mayoría de los congregados.

Era lo mínimo que se le podía devolver a quien en agosto pasado se expresaba así desde estas mismas páginas, acerca de esa medida contra la crisis: «Muchísimas familias están ahora en paro, con todos los miembros buscando algo para sobrevivir, y se nos ocurrió darles por lo menos un par de días de fiesta al mes, durante este verano. Porque al menos el día que pueden salir y traer a sus hijos a ver una peli se van a poder olvidar de tantos problemas».

Paco Rompe, en compañía de la directiva del colectivo vecinal de su barrio, creó un participativo grupo en Facebook, donde se proponían varios títulos para ser proyectados. Una vez elegida democráticamente la cinta, y tras el abono de los correspondientes derechos de autor, se procedía a fijar la fecha y el horario. Las familias sólo tenían que acudir al parque provistas de sus sillas. Los mundos de Coraline o El aprendiz de brujo fueron dos de las películas que hicieron las delicias de grandes y pequeños.

Centenares de personas vibraban cada vez que las historias narradas desde la pantalla centraban la atención de aquellas noches de verano. Ahora todas se sienten un poco huérfanas. La periodista Mari Ángeles Salguero, compañera de Paco Rompe en la cadena por cable Velevisa, expresaba ayer «las mil y unas anécdotas que guarda de alguien tan grande». Y, como ejemplo de las «desbordantes» muestras de cariño que se han sucedido en las últimas tres semanas, es suficiente con consultar el grupo en Facebook creado por el propio fallecido, Historia Local en Fotografías, o bien el posterior grupo de apoyo, ideado por sus allegados, bajo el título de Todos con Paco Rompe.

Tanto a través de internet, como justo después de cada proyección, las películas lograban, como quería Paco, que las familias volvieran a reencontrarse de la misma forma que antaño. Que compartiesen su experiencia vital, con el pretexto del cine, «para fomentar la solidaridad». Y conseguía el mismo propósito durante la Navidad, pues el colectivo gestionaba hasta su propia cabalgata.

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