Más de 60 vecinos de la urbanización La Trocha de Torrox realizaron anoche un escrache justo a las puertas de la Casa del Pueblo, mientras en su interior se encontraban reunidos el alcalde, Francisco Muñoz, y el resto del equipo de gobierno socialista. La queja se produjo después de que la empresa concesionaria del servicio de aguas, Aqualia, interrumpiese el suministro a primera hora del día como consecuencia del impago colectivo de unos 21.000 euros.

La entidad instaló un contador en el recinto en el que residen 43 familias, según la normativa municipal aprobada en 2010, y ha llegado a calcular un «despilfarro» de unos 3 millones de litros que ahora reclama a la comunidad de propietarios. La postura de los afectados, que ayer decidieron en primera instancia hasta interrumpir el tráfico rodado, es contraria a dicha determinación: «Nos pusieron el contador fuera del recinto y nos quieren cobrar hasta las tomas de agua que realizan bomberos o los servicios de limpieza», aseguran.

Después de la movilización de anoche, supervisada por Guardia Civil y Policía Local, el regidor se puso en contacto con los máximos responsables de Aqualia y «se comprometió», según los propios vecinos, a volver a proporcionar agua a los usuarios, así como a resolver hoy administrativamente las problemática que ha generado el nuevo contador colectivo.