Los chiringuiteros de Torre del Mar, Caleta de Vélez y Benajarafe han elevado una petición a la Consejería de Medio Ambiente, para que les permita ampliar los chiringuitos en unos 100 metros cuadrados adicionales, con elementos desmontables.

Los empresarios formulan esta petición después de las advertencias de la Junta de Andalucía, que ha recordado que 24 de los 25 chiringuitos sobrepasan los 150 metros cuadrados de superficie establecida para estos negocios.

Los propietarios de dichos establecimientos afirman que han retirado todo el mobiliario que superaba dicho espacio, que en su mayoría se situaban en la arena, ante la posibilidad de que no les renueven las concesiones.

Sin embargo, la mayoría de los empresarios afirman que ajustarse a la normativa les reportará menos beneficios económicos y que en plena crisis económica no se pueda contratar a más personal para los próximos meses, al reducir el espacio para albergar a la clientela.

«El pasado año hicieron las comprobaciones, pero hicieron la vista gorda», explicaba ayer Antonio Cano, del chiringuito Delfín el Canito, pero esta vez ha tenido que retirar las mesas y sillas que ocupaban alrededor de 100 metros cuadrados de la playa.

«Nosotros no tenemos problemas en hacer lo que dice la ley, pero lo que pedimos son 100 metros cuadrados más. Vendemos turismo de sol y playa, y esto lo que hace es ir en contra nuestra. En nuestro caso vamos a tener que dejar de contratar a cinco personas», resaltaba Cano.

Para Manolo Moreno, propietario del chiringuito Hermanos Moreno, la aplicación de la normativa supone un duro revés, ya que tendrá que reducir el espacio para la clientela a casi la mitad. «Ahora solamente podemos acoger a unas 60 personas. Nosotros cumplimos con la ley, pero hay que decir que esto supondrá que haya menos puestos de trabajo».

«Se va a notar sobre todo en los meses de julio y agosto en Torre del Mar, que son la época más fuerte», comentaba ayer Manuel de la Torre, del chiringuito Casa Miguel y subdelegado del sector en la zona. En su caso, apenas se excedía en unos 20 metros cuadrados de los límites que están marcados.

Frente a todos ellos, Manuela Delgado, del chiringuito Mi Paquito, el único que se ajustaba a la normativa cuando los inspectores de Medio Ambiente efectuaron las mediciones, con unos 133 metros cuadrados, afirma que la medida supone «que estemos todos en igualdad de condiciones».