Subimos a la bicicleta, empezamos a recorrer las calles más céntricas de Nerja y automáticamente, seamos de una generación u otra, hayamos crecido o no en el municipio más oriental de la provincia, nos sale de forma natural la sintonía de la mítica serie Verano Azul. Lejos queda, más de tres décadas atrás, el rodaje que encabezó Antonio Mercero para darle forma a una de las mayores producciones de Televisión Española. Pero los «veranos siguen siendo azules», incluso más si cabe.

Porque el benjamín de los protagonistas de la pandilla, Miguel Joven «Tito», el único actor nerjeño de la misma, se encarga de rememorar cada pasaje, cada localización, a cuantos turistas se lo piden. Llegan hasta de países como Bulgaria o Portugal, que han vuelto a reponer recientemente el serial. Él es ahora promotor turístico y desde hace unas semanas se encarga incluso de ofrecer visitas guiadas, fuera del horario comercial, hasta las entrañas de la Cueva de Nerja. «La idea partió de la Fundación que se encarga de la gestión del monumento», relata.

«Me gusta definir esta actividad como la del redescubrimiento». Y es que Joven se adentra en la cavidad justo después del horario de visita tradicional. Con todo a oscuras, en penumbra, el visitante se encuentra con la cueva tal y como la hallaron, en 1959, los cinco jóvenes mareños que la rescataron de un silencio de muchos milenios. Siendo el monumento más visitado de la provincia, nadie había planteado hasta este momento tan singular forma de descubrir los secretos que oculta la gruta.

«Entramos a oscuras y en completo silencio. No tiene nada que ver con el murmullo de unas doscientas personas que en el horario tradicional abarrotan las salas principales. Y así voy guiando a los turistas por una experiencia totalmente alternativa a la imaginable en cualquier recinto de estas características», apunta. Desde cerámicas incrustadas en ciertos enclaves, hasta el cuerno de un antílope africano, señala «Tito».

«Al ir entrando en la Cueva se van encendiendo las salas ya recorridas, de manera que a la vuelta trazamos el recorrido en todo su esplendor, con la iluminación turística. Pero por el camino de ida hasta la zona más alejada de la entrada, les ofrecemos todas las curiosidades. Cosas que nadie suele explicarlas y que requieren de una visita más pausada y personal», finaliza el actor nerjeño.

Muy conscientes de la coyuntura actual, en la que se necesitan nuevas fórmulas turísticas, se trata de «ofrecer un trato diferencial y exclusivo a los clientes». Miguel reconoce que antes de poner en marcha esta iniciativa se tuvo que «empapar» de la sabiduría de quienes llevaban «30 ó 40 años» en el monumento. En concreto le resultaron vitales las sesiones informativas del más pequeño de los cinco descubridores, Miguel Muñoz Zorrilla, guía de la cavidad recientemente jubilado.

«Así, después de haber percibido las sensaciones del descubridor, y de entusiasmarme con sus anécdotas, transmito lo que en 1959 sintieron aquí los descubridores, con un silencio y una calma absoluta». Y Joven tampoco oculta su emoción al recordar las anécdotas del rodaje dentro de la Cueva. Era apenas un niño y ya se sentía «como un explorador». Más si cabe cuando los más mayores de la pandilla le hicieron adentrarse en una pequeña cuevecita repleta de monedas depositadas por los turistas. Ahora enseña ese espacio y narra cómo acabó todo aquello.