Los mejores caldos del interior de la Axarquía fermentan sin prisas, sin el estrés que pueda acarrear tener que batir marcas anuales de producción. En Moclinejo saben de sobra que al vino es mejor pedirle la calidad óptima, antes que un rendimiento máximo. Y más concretamente, en la Bodega Antonio Muñoz Cabrera, comercialmente Dimobe, consideran que pasar de sus 120.000 botellas anuales de hoy en día seguro que les restaría «excelencia».

Con esas premisas básicas, grabadas a fuego entre las paredes de una empresa familiar que nació en el año 1927, extraña muchísimo menos que un importante exportador sudafricano, con una década de experiencia en la adquisición de productos españoles con destino a las más refinadas mesas de su continente, haya elegido de entre todos los caldos andaluces al elaborado en el municipio axárquico que une localidades como Almáchar o El Borge con Rincón de la Victoria o la capital.

«Nuestra experiencia internacional comenzó hace tres años, al empezar a trabajar con empresas de Hong Kong y luego con otras de México. Pero el interés desde Sudáfrica es muy reciente. Un exportador de aquellas tierras, interesado en llevar vino dulce de Andalucía hasta países como la República de Benín, después de varias catas se decantó por nuestras botellas. Y es algo que nos abre un nuevo mercado, emergente», señala Juanjo Moreno, el director comercial de esta empresa familiar.

El secreto de esta bodega está localizado en el mimo con el que se cuida la uva desde que empieza a tomar tamaño en la cepa. Un total de 31 propietarios de viñas suministran la materia prima para estos caldos, con la premisa de que el rendimiento no suele superar el kilo de uva por cepa. «Así la cantidad de azúcar que se genera es mayor», aclara Juan Muñoz, uno de los herederos y propietarios de Dimobe.

Sólo pedidos por encargo

Debido a que la bodega ni siquiera se plantea superar la cifra de 120.000 botellas anuales, los encargos internacionales se tienen que plantear por adelantado. «De otra forma no podríamos atender esos pedidos de países lejanos. La uva desde un principio se sabe a qué botella va a ir y a qué mercados. Es una forma de garantizar que no habrá contratiempos. Para nosotros es muy importante no sobrepasar las cifras de producción y también garantizar al comprador las botellas que solicita», remata Moreno.

Esta bodega cosechó hace ahora tres años el premio al segundo mejor vino occidental exportado a Asia. Pero su lista de países a los que se destinan envíos es extensa dentro de Europa. Aún así destacan Alemania o Bélgica, frente a naciones como Francia, como señala Muñoz a este periódico.

Los responsables de la firma Dimobe señalan que la Cámara de Comercio, con sus acciones en el exterior, contribuye a fomentar la exportación de productos malagueños. Pero también inciden en los esfuerzos constantes de la Diputación, que acaba de organizar una visita a la bodega de expertos matemáticos. A los mismos se les ha explicado que estos caldos son «el primer producto agroalimentario» que lleva adjunta la etiqueta de «Sabor a Málaga», distinción del propio organismo supramunicipal. En Moclinejo, donde la mayoría de sus 1.200 habitantes son beneficiarios directos del cultivo de la uva, conocen «de sobra» que en la calidad está el éxito.