Los agricultores dedicados al subtropical han empezado a asociarse como colectivo que pretende lograr la denominación de origen de sus productos ante los organismos internacionales. Sin embargo, los responsables que se encargan de la comercialización de estas frutas ponen la voz de alerta en otro aspecto no menos significativo. «Tan importante es que se nos reconozca con denominación, algo que ya el mercado europeo nos otorga, al pagar más caros los mangos o aguacates españoles, como que se cumpla la legislación sobre etiquetado», argumenta Enrique Colilles, gerente de Trops.

Miguel Páez, de Tropical Millenium, agrega que existen otros problemas que no se deben olvidar: «La diferenciación del producto no obstante es importante. Pero al agricultor también se le deben garantizar unos márgenes, en caso de que la cosecha sufra plagas o haya robos».

Colilles apunta que la pasada campaña en términos generales fue «positiva», por lo que a la próxima se le puede pedir «que se mantenga en los términos de la pasada».

«El mes de agosto pasado, por las condiciones meteorológicas, propició que se recolectara mucha fruta pequeña, alrededor del 10% del total, que por ese motivo no alcanzó el precio óptimo. Pero por lo demás fue un año favorable», agrega.

Colilles concluye que la denominación de origen «sirve para que los mercados reconozcan la mayor calidad de un producto. Pero hay que pedir a las autoridades que hagan cumplir la normativa de etiquetado. Que la fruta lleve incorporada la nomenclatura de que está producida en España. Porque a partir de ahí el mercado ya identifica nuestra fruta como la mejor». Otro reto es evitar, por lo tanto, que se comercialice fruta importada como si fuese propia.