La movilización convocada por el PSOE a favor de la alcaldesa de Canillas de Aceituno, Pilar Ortiz, y contra la moción de censura firmada por el PP e IU y que será debatida el próximo miércoles en el Ayuntamiento obtuvo un mínimo respaldo de la ciudadanía. Aunque se buscó el mejor horario posible, las ocho de la tarde y en viernes, a las puertas del fin de semana, sólo 40 personas se concentraron en el Hogar del Jubilado de la localidad axárquica.

Agentes de la Guardia Civil cifraban en esa cantidad el número de manifestantes y agregaban un dato rotundo: habían podido identificar a una veintena de personas llegadas de otros municipios. Ese estricto control partía del hecho de que la concentración era «ilegal», al no estar autorizada la manifestación por parte de la Subdelegación del Gobierno en Málaga.

«No me sorprenden que no la hayan autorizado», manifestaba a este periódico la regidora. En una primera intervención ella misma se encargó de «agradecer» personalmente la asistencia a regidores de otros municipios de la comarca oriental, como sus homólogos en Torrox, Periana o Iznate. Así como a la nutrida representación de portavoces y concejales de localidades como Alfarnate, Algarrobo, Arenas, Benamocarra o Vélez Málaga.

Al acto reivindicativo también acudieron exalcaldes, como el canillero José Manuel Aranda o el cartameño José Garrido. E incluso se incorporaron jóvenes integrantes de la agrupación socialista local. La recién incorporada a la corporación canillera, la concejala Lidia Jiménez, fue precisamente la encargada de tomar el micrófono para leer un manifiesto de repulsa al acuerdo suscrito entre el PP e IU. La coalición izquierdista, que hasta hace escasas fechas ha sido socia de gobierno de los socialistas, fue la que más minutos de protagonismo tuvo en dicho escrito.

«Los concejales de Izquierda Unida se han convertido en mamporreros de la derecha», sostuvo Jiménez. Antes ya se calificó incluso de «robo» la determinación de desbancar a Pilar Ortiz del principal sillón plenario. La edil recordó además que su municipio ha sido tradicionalmente «de izquierdas», un «pueblo» integrado por «jornaleros y trabajadores». Y aventuró que en un futuro «todo va a quedar reducido a podredumbre», en virtud del nuevo pacto.

«Indignados y tristes»

Interrumpida varias veces por los participantes en este acto público, Lidia Jiménez aseguró que la mayor parte del pueblo no entiende el cambio de postura de IU: «La mayoría nos sentimos indignados y tristes». Y finalizó con una alusión a la recogida de firmas en el municipio, contra la decisión que el próximo miércoles 4, en la sesión extraordinaria ya convocada para las doce del mediodía, deberá situar en la oposición, al grupo municipal socialista.

Pilar Ortiz, la alcaldesa, brindó a los congregados un mensaje de esperanza, «convencida» de que es posible que a última hora los concejales que han suscrito la moción de censura puedan darle un giro a lo pactado: «Vamos a defendernos».

Mientras tanto, la dirección provincial de IU ha reiterado que, de prosperar la moción, expulsará del seno del partido al único militante del grupo municipal. Y el Partido Popular malagueño replicó ayer: «Con esa amenaza muestran un nulo talante democrático».