La marea roja que hace apenas una semana obligaba a cerrar polígonos enteros de bateas en tierras gallegas también ha forzado el paro casi absoluto del sector en la provincia de Málaga. Sólo tres de los nueve caladeros existentes en la Costa del Sol permanecen abiertos al marisqueo, según denuncian los portavoces del colectivo en la provincia. «Quienes pescan con artes menores van a tener que arrojar la toalla», agregan.

Muchos de los afectados optaron por concentrarse ayer delante de la Delegación de Agricultura y Pesca. Finalmente, fueron recibidos por las autoridades de la Junta de Andalucía y está previsto que hoy retomen los contactos. Buscan «alternativas» al marisqueo, porque sostienen que sus ventas han descendido en un 85%. El patrón mayor provincial, Miguel Ángel Carmona, señaló que anoche estaban previstas reuniones sectoriales en cada puerto malagueño, para plantear hoy «una propuesta unánime».

«Queremos que esta negociación sea rápida, porque el sector vive una situación de emergencia que pone en peligro su continuidad», manifestó a este periódico. Durante todo el verano el colectivo ha padecido «cierres alternativos» que han impedido el normal desarrollo de su actividad y ha generado en este tiempo «una serie de pérdidas económicas bastante importantes». La Junta analiza desde ayer «qué soluciones» propone a esos cierres por «toxinas».