­La situación de los mariscadores de la provincia es dramática. El continuo cierre de los caladeros como consecuencia de la marea roja durante las principales campañas está esquilmando los recursos de los armadores para mantenerse a flote. Actualmente sólo hay uno de los nueve caladeros de marisco abierto para faenar: el de Estepona.

El sector agoniza y pide ayuda. La Junta de Andalucía ha accedido a la petición de los mariscadores y tiene muy avanzado un documento para subdividir los nueve caladeros de la provincia en un número comprendido entre 18 y 25, como medida legal que permita superar los permanentes cierres por «marea roja». Así lo avanzó a este periódico el presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores, Miguel Ángel Carmona.

La medida va a servir para capear las consecuencias de la entrada en vigor de una normativa comunitaria que reforzó el protocolo de análisis de los niveles de las toxinas en moluscos. Aunque muchos pescadores plantearon en su momento que la solución pasaba por solicitar a los dirigentes comunitarios una flexibilización de la legislación, Carmona reconoce que «la modificación de las leyes comunitarias acarrearía un proceso largo y duro, como toparse contra un muro», agregó.

Los representantes del sector en la provincia de Málaga, junto al patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de La Línea (Cádiz), Juan Morente, conocieron estos detalles en un reciente encuentro en Sevilla con la directora general de Pesca y Acuicultura de la Junta de Andalucía, Margarita Pérez. «Vamos a establecer de forma urgente una mesa de trabajo, porque hemos subrayado la grave situación, de emergencia, que viven multitud de mariscadores de nuestra zona y ellos son comprensivos».

Carmona reconoce que el trabajo de la «subdivisión de los caladeros» está en un estado «muy avanzado», a raíz de que en una anterior reunión «ya tomaron nota de la posibilidad de dividir los caladeros a modo de solución alternativa».

El rediseño de los nueve caladeros permitiría encontrar zonas libres de «marea roja», debido a que hasta ahora su detección en un único punto del caladero acarrea el cierre completo del mismo.

La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, reconoció hace unos días que trabajaban en «una solución a la marea roja que afecta a los mariscadores del Mediterráneo». Y reconoció las enormes dificultades del sector a la hora de salir a faenar a sus aguas más cercanas.

El sector aglutina en la provincia a 150 embarcaciones, de las que dependen más de 400 familias. Miguel Ángel Carmona señala que después de perder las campañas del pasado verano y la pasada Navidad , «el marisquero que puede dedicarse al pulpo, ya lo está haciendo, pero el que no tiene barcos o las artes necesarias, está padeciendo de forma grave estos cierres». Confía no obstante en que en un periodo breve de tiempo «todo cambie».