Las familias que hace menos de un año entraron en cuatro viviendas desocupadas del colegio Custodio Puga de Torre del Mar y que a través de este periódico fueron acusadas de arrojar objetos al patio del centro, después de que se presentara una denuncia ante las autoridades locales y la policía, se concentraron ayer a las puertas del inmueble para reivindicar públicamente sus «derechos».

Aseguraron que no se les puede considerar «ocupas», puesto que el pasado mes de diciembre mantuvieron un encuentro con el Ayuntamiento, «como titular de las casas de los maestros» donde viven, y «el alcalde se ha comprometido a permitir el acceso a las viviendas mediante la fórmula del alquiler con derecho a compra». El regidor veleño, Francisco Delgado Bonilla (PP), reconoció que desde hace ya semanas se trabaja con los servicios jurídicos municipales para «buscar alguna fórmula o acuerdo amistoso». Pero aclaró que existen «denuncias en los juzgados a raíz de la ocupación de estas casas».

«Está claro que no son métodos los seguidos por estas familias, si bien estamos intentando resolver lo ocurrido. Sería mal ejemplo que una ocupación genere un derecho. Pero por otra parte existen aprobadas por pleno unas asignaciones para unos supuestos compradores de los inmuebles», añadió.

Rosa Escalona mostró una copia de uno de esos documentos, fechado en febrero de 2004, e incidió en que desde entonces «estas casas han permanecido cerradas». José Barrientos señaló que cuando entró en su casa halló roedores «hasta en los conductos extractores de la cocina». Y recalcó que la situación es «desesperante» porque desde hace meses intentan sin éxito disponer de suministro de agua en sus casas: «A pesar de que tengo la espalda dañada, tengo que ir a diario a por el agua que nos ceden los taxistas en su parada, generosamente. Hasta he tenido más de una vez que indicarle a la Policía Local para qué tomo de ahí el agua», incide.

Agustín Escalona lamentó que los docentes, sin previo aviso, hayan acudido a los tribunales «siendo estas cuatro casas del Ayuntamiento y habiéndolas tenido vacías los anteriores ocupantes o para pasar sólo unos días en verano, porque, jubilados, ni siquiera esos maestros vivían ya en la provincia de Málaga».