No es la primera vez que en los últimos tiempos salta a las páginas de información general una parroquia malagueña que tiene al frente a un cura de origen rumano. Aunque el Obispado subraya que es casual esta circunstancia, desde su departamento de comunicación ya se denunció a finales de 2013 que había sido suplantada en una red social la identidad de Nicolás Timpu, el párroco de San Luis de Sabinillas, contra el que unos vecinos reunieron 1.500 firmas al objeto de forzar su destitución.

Timpu había llegado a reprochar los llantos de los asistentes a un funeral. El Obispado de Málaga procedió entonces a difundir una nota de prensa en la que indicaba que el estilo claro y directo del cura de origen rumano había llegado a molestar a «algunas personas, sobre todo a las que se acercan a la Iglesia esporádicamente».

De esa forma alcanzó una repercusión nacional la polémica en torno al propio párroco de Manilva, debido a que incluso la Iglesia estudiaba emprender «acciones legales por la suplantación de su personalidad en la red Badoo», en la que aparece un perfil con la foto, nombre y apellidos del sacerdote, cuya autoría él rechaza.

El perfil, cuando el Obispado divulgó la noticia, permanecía activo desde hacía más de una semana. Y por entonces la máxima autoridad eclesiástica en la provincia, determinó que el cura continuaría «oficiando la eucaristía», ya que contaba con el respaldo del obispo. Acerca de la protesta contra el sacerdote, «del que se decía que ponía música navideña en entierros», el Obispado señalaba que algunas frases «habían sido sacadas de contexto y manipuladas, cambiando el significado».