­El sector turístico en el litoral de Torrox acogió ayer con satisfacción generalizada la decisión de la Concejalía de Turismo y Playas del Ayuntamiento axárquico de prohibir que residentes o turistas reserven a primera hora del día las zonas de playa con sillas o sombrillas, a través de una modificación en las ordenanzas municipales. Salvo alguna excepción, entre los bañistas que disfrutaban de su estancia ayer a mediodía en la playa de Ferrara, la respuesta fue bastante positiva.

La concejala delegada de Playas, Mari Ramírez (PSOE), ya había anticipado que esta medida partía de las sugerencias recogidas entre los propios usuarios, así como de la información remitida al Consistorio por los propios empleados municipales. Marc Montulet, turista holandés, que por segunda vez ha elegido la playa del municipio «con el Mejor Clima de Europa» y justo en estas fechas primaverales, reconocía que es «algo muy bastante bueno para el turismo. Está mal lo que hacen ciertas personas, eso de poner la toalla e irse al hotel o al apartamento».

Igual que este ciudadano originario de Maastricht, Valeria Depoill, turista nacida en la capital de la Bretaña francesa, aseguraba que en julio y agosto esta medida «será bastante positiva». Y es que, como subrayaban además los concesionarios de espacios de hamacas o los propios chiringuiteros, o se ordena este asunto o la «guerra entre bañistas será algo ya normal en la playa de Ferrara».

Algunos de los empresarios recuerdan que el pasado verano se produjeron «incidentes lamentables, en los que tuvieron que intervenir los policías porque familias enteras llegaron a las manos».

Luis García, veraneante cordobés que ayer tomaba unas tapas a primera hora de la tarde en uno de los chiringuitos del paseo marítimo de Ferrara, explicaba que empezó a «ser peligrosa» la práctica de algunas personas: «Aquí se tomaban la justicia por su mano algunos bañistas y cuando veían que llegaba la una de la tarde y había sombrillas o toallas que llevaban toda la mañana puestas sin nadie, cogían y las levantaban sin permiso para llevarlas a las duchas o a otros sitios, lejos de la orilla».

Los concesionarios de los chiringuitos consultados por este periódico coincidían en que esta modificación en la ordenanza cumplirá con una «reivindicación histórica por parte de bañistas y concesionarios». Pero agregaron que no es suficiente con «arreglar este problema, que es importante». Portavoces de la delegación local de la Asociación de Empresarios de Playa manifestaron que esta pasada Semana Santa muchos usuarios se quejaron de que no había agua en las duchas. «Y a día de hoy sigue sin haber conexiones para que pueda la gente quitarse la arena».

También lamentaron los propietarios de establecimientos de la playa de El Peñoncillo que en esta parte del litoral «la arena presenta más piedras que nunca, debido al efecto de los temporales, de manera que no hay quien ponga una sombrilla». Miguel Jiménez, uno de los residentes de esta parte del litoral, señalaba: «Ahí no hace falta que pongan esa prohibición. Es imposible clavar la sombrilla».

La nueva normativa acarreará a los infractores una sanción, en caso de que quieran recuperar los objetos que los operarios municipales retirarán cuando los encuentren en la playa sin ocupantes.