La pelea multitudinaria en la que participaron 16 españoles y seis británicos en Cómpeta, acaecida en la noche del 6 de junio de 2009, y en la que murió uno de los ingleses, llega a juicio. En concreto, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial tiene previsto enjuiciar el asunto a partir del próximo lunes, en un proceso que se prolongará los días 20, 21, 26 y 27 de mayo, amén de la primera sesión.

La pelea fue de órdago y enfrentó a 16 vecinos del pueblo con un padre inglés, dos de sus hijos y tres amigos de éstos. Trece de los encausados se enfrentan, cada uno de ellos, a un año de prisión por un delito de riña tumultuaria. El fiscal pide cuatro años de cárcel para dos encausados por lesiones con instrumento peligroso, y el presunto autor del homicidio se enfrenta a 12 años de cárcel. Asimismo, el fiscal reclama a los 16 encausados 6.000 euros para cada uno de los cinco supervivientes, los dos hijos del fallecido que participaron en la refriega y los tres amigos, tanto por las heridas causadas como por los perjuicios morales. Asimismo, solicita que el acusado del homicidio pague 120.000 euros a la viuda y 90.000 euros a cada uno de los tres hijos que tenía el matrimonio.

Según consta en la calificación fiscal, en la noche del 6 de junio de 2009, los 16 procesados, todos ellos jóvenes aunque mayores de edad, discutieron con Stephen A. M., dos de sus hijos y tres amigos de éstos, todos ellos británicos. La refriega verbal se inició en el pub La Estrella, ubicado en la avenida de la Constitución de Cómpeta. El fiscal asegura que uno de éstos empezó la reyerta, sin que se pueda determinar quién: «Comenzaron, en el exterior del establecimiento, una pelea en la que claramente se diferenciaban dos bandos, por un lado los procesados y por otro los perjudicados».

En el transcurso de la reyerta, «todos los procesados, con ánimo de menoscabar la integridad física, agredieron a los perjudicados, utilizando para ello diversos instrumentos, tales como palos de sombrillas, botellas de cristal, maceteros o cinturones, circunstancia ésta que era conocida y consentida por todos los partícipes», señala el ministerio público, cuyo representante añade que los agredidos sólo se limitaban a repeler los golpes. No se ha podido determinar qué acusado produjo cada herida.

Uno de los que se sientan en el banquillo de los acusados golpeó a uno de los hijos del procesado con una barra metálica, de tal forma que le rompió un dedo de la mano derecha, entre otras heridas. Otro, propinó un botellazo en la cabeza del fenecido, que quedó, siempre según el ministerio público, «aturdido por la agresión».

El perjudicado trató de subir unas escaleras hacia un establecimiento que había en la parte superior de unos soportales existentes en la zona, «donde se hallaba el procesado J. I. J. M., que, con ánimo de acabar con su vida, le propinó un empujón, de modo que éste se precipitó al suelo desde una altura de cuatro metros aproximadamente, sin que el hecho de que se encontrara gravemente herido, impidiera que algunos de los procesados continuaran dándole patadas y golpes».

Murió once días después

Acto seguido, el agredido fue evacuado a un hospital, donde murió el 17 de junio de 2009, once días después de la pelea, y presentaba, explica el acusador público, numerosas heridas. La más grave, que posiblemente pudo acabar con su vida fue una en la región occipital de la cabeza y tenía tres centímetros de longitud. Presentaba numerosos hematomas por todo el cuerpo.

Uno de sus hijos, entre otras cosas, sufrió la rotura de la nariz y una fuerte contusión costal, y dos de los amigos distintas erosiones y magulladuras. Una mujer británica que trató de atender al finado no ha podido ser localizada y, por tanto, en este caso no se pudo conocer si tenía heridas.