La comarca de la Axarquía estará conectada definitivamente por autovía con la capital granadina a partir de la primera semana de julio, tras la apertura del último tramo, de casi ocho kilómetros, que permanecía en obras. Así lo anunció el subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, en relación al estado de los trabajos entre Taramay, en Almuñécar, y Lobres, en el término municipal de Salobreña.

La conexión entre la A-44 y la localidad granadina de Almuñécar permanecía como auténtico "punto negro" para unir por vía rápida y a través de Nerja la Costa del Sol y Madrid. El Gobierno central indicaba hace unos meses que encontró a comienzos de la legislatura este tramo de 7,7 kilómetros en un "nivel de realización del 23%". Una vez abierto, además, permitirá que entre también en servicio el tramo de 2,3 kilómetros entre Lobres y Guadalfeo, cuyas obras finalizaron hace tres años.

El Ministerio de Fomento recuerda que la Autovía del Mediterráneo a su paso por Granada, así como la Autovía del Cantábrico, son las dos única que, a pesar de los recortes generalizados, no han sufrido restricción alguna durante estos últimos años. En el caso del tramo que permitirá la conexión entre Nerja y Granada con doble carril por sentido se trataba de uno de los pocos que restaban para unir a su vez Algeciras con Gerona por autovía.

La orografía del litoral granadino ha supuesto un obstáculo importante para que se cumplan los plazos en el desarrollo de las obras que al mismo tiempo permitan conectar por autovía las provincias de Málaga y Almería. De hecho, aún continuarán este verano en obras varios tramos entre Motril y Adra. De las complicaciones de estos trabajos cabe reseñar que, en su conjunto, los cinco tramos pendientes de apertura a día de hoy estaban presupuestados en 383 millones de euros -80 iba a costar el que se abre en julio- y "debido a complementarios, modificados e imprevistos" dicho montante superará la cantidad de 800 millones.