­La Guardia Civil investiga las extrañas circunstancias en las que Alejandro, un niño de tres años, desapareció ayer en Rincón de la Victoria. Al menos eso es lo que denunció en un primer momento Antonio F. A., la pareja sentimental de la madre del crío, quien dio la voz de alarma sobre las 17.20 horas y a lo largo de la tarde noche ofreció al menos dos versiones más. Con la primera, la búsqueda se inició en el centro comercial de La Cala del Moral poco después de que el hombre denunciara a la Policía Local que había perdido de vista al pequeño en el interior del establecimiento, al que según su primera versión entraron juntos.

Sin embargo, después de alrededor de cuarenta minutos rastreando el establecimiento con la ayuda de los vigilantes de seguridad y tras numerosos avisos buscando la colaboración de los clientes del centro, las fuentes consultadas aseguran que el hombre cambió de versión en el momento en el que la Guardia Civil le propuso comprobar las imágenes de las cámaras de seguridad y constatar el momento en el que se separaban y el rumbo que tomaba el niño para acelerar su localización. «Cada aviso enmudecía durante minutos todo el centro con un silencio sepulcral», relató una clienta a este diario. En ese momento, tal y como adelantó ayer La Opinión de Málaga en su edición digital, el padrastro dudó y su testimonio dejó entrever que lo podría haber perdido en la playa del municipio, en algún punto de La Cala, donde al parecer dijo que también había estado con él tras la salida del colegio a las 15.30 horas. Este cambio no gustó ni un pelo a los investigadores del instituto armado, que tuvieron una doble sensación negativa. Una práctica, la de haber perdido una hora de búsqueda en el litoral. Otra lógica, la de que les pudiera estar engañando al menos por omisión de una información tan valiosa durante tanto tiempo. Eso sin contar con un pasado que varias fuentes coincidieron en definir como «bastante conflictivo» y que podría incluir un incidente pirómano.

Mientras el dispositivo se ampliaba a la costa, las imágenes de las cámaras de seguridad apuntaban a que el hombre no entró con su hijastro en el establecimiento y que incluso no llegaron juntos en el vehículo, por lo que los agentes precintaron el coche con el objetivo de hallar indicios que aportar a la investigación. La Guardia Civil se llevó al hombre automáticamente al cuartel de Rincón de la Victoria para tomarle declaración, lugar al que también se trasladó poco después la madre del niño, que al parecer vive en El Palo y podría ser la exmujer de un teniente de la Guardia Civil destinado en Ceuta y padre biológico del pequeño.

Numerosas dotaciones de la benemérita y de la Policía Local de Rincón de la Victoria protagonizaron desde entonces una intensa búsqueda a la que se sumaron numerosas cuadrillas de voluntarios con el objetivo de hallar cualquier rastro del niño. Aunque el dispositivo se activó en todo el municipio, los agentes insistieron primero en el litoral de La Cala del Moral, incluidos los acantilados de El Cantal, pero los malos resultados les fueron desplazando hacia el oeste por el fuerte oleaje de levante que durante toda la jornada golpeó a la Costa del Sol e impidió utilizar medios marítimos y aéreos. Los agentes se desplazaron entonces a la desembocadura del arroyo Totalán, después a La Araña, ya en la capital malagueña, y posteriormente al Peñón del Cuervo sin que al cierre de esta edición encontraran nada. A medianoche, sin embargo, el dispositivo regresó hacia La Cala, concretamente a la zona conocida como Calaflores y coincidiendo con al menos la tercera versión que el hombre ofrecía a la Guardia Civil. Según fuentes cercanas al caso, Antonio A. A. podría haber reconocido que el niño sufrió un accidente en los acantilados del El Cantal, aunque en la madrugada de ayer los investigadores mantenían abiertas todas las hipótesis y desde la Guardia Civil no confirmaban detenciones. El testimonio del hombre les dejaba muchas dudas de lo que pudo pasar entre las casi dos horas transcurridas desde que supuestamente recogió al niño y después denunciara su desaparición.